En la charla que impartí del día 23 de septiembre titulada como este post hablé de genealogía y duelo y para empezar quise hacer una distinción entre estas tres palabras.
Son definiciones personales, no oficiales, y por lo tanto otras personas pueden estar en desacuerdo con ellas ya que ancestros y antepasados son palabras homónimas y el término muertos efectivamente describe a todos los fallecidos del planeta Tierra pero yo lo utilizo para hablar de nuestros seres queridos recientemente fallecidos, descendamos de ellos o no.
Ancestros
Son personas de las que descendemos pero de los que ya no nos toca nada.
Nuestros ancestros podrían ser Adán y Eva, Tutankamón, Ricardo III o Cristóbal Colón, por poner unos ejemplos célebres, podemos sentirnos orgullosos de sus vidas pero lo que sentimos por ellos es curiosidad más que otra cosa.
Más allá del siglo XIX hay poco que nos una sentimentalmente a esos muertos. Nuestros ancestros no son nuestros, son patrimonio de muchísima, muchísima gente.
Yo dejaría la investigación de estas personalidades a los historiadores, a los genealogistas profesionales de la Época Moderna, a otros investigadores sociales, a los arqueólogos y a los biólogos genetistas.
No hay que despreciar sus contribuciones pero su influencia en nosotros está diluida, es verdad que existe y debemos tenerla en consideración pero no maximizarla.
Antepasados
Son nuestros muertos contemporáneos, y por lo tanto, sus vidas nos interesan y mucho.
Los antepasados son nuestros bisabuelos, tatarabuelos, abuelos cuartos, etc. Sus vidas realmente han ejercido mucha influencia en nuestros padres y abuelos con los que sí hemos convivido.
No sabemos casi nada de ellos, sus vidas son una gran incógnita. Cuando descubrimos cualquier anécdota, documento o fotografía sobre ellos el corazón nos da un vuelco.
Muertos
Yo llamo muertos a nuestros anteriores, nuestros seres queridos, son las personas a las que echamos de menos, a los que recordamos con cariño, con tristeza y a veces con rencor. De muchos de ellos somos todavía dolientes.
Por ejemplo, nunca se me ocurriría hablar de mi abuelo como mi antepasado o mi ancestro, mi abuelo está muerto, presuntamente desciendo de él y si no, fue la persona que ejerció como tal. Mi abuelo es mi anterior, forma parte de mi pasado pero le tengo tan presente en mi corazón que no podría llamarle jamás antepasado.
Puede parecernos que lo sabemos todo de ellos pero no, todavía hay asuntos que redescubrir y recolocar para entender por qué eran como eran y hacían lo que hacían y qué legado han dejado en nuestra personalidad y vivencias.
Yo centro mi investigación personal y los estudios genelógicos para terceros en antepasados y muertos. Los ancestros siempre pueden esperar… Ellos sabrían entender mis preferencias.
¿Compartes mi reflexión?
¿Puedes vincularte emocionalmente con tus ancestros?
Fotografía: flickr.com/commons
Bueno, yo estoy de acuerdo en que estudiar a Tutankamon es cosa de historiadores, pero yo me siento muy unida a mís antepasados mas históricos, por muy lejanos que sean y me encanta saber sobre sus vidas y reconstruirlas, algo que de momento un historiador no suele hacer (a la Historia le interesa más hablar de gente famosa y a los demás los apiñan en colectivos, cifras, etc) Personalmente le he cogido bastante gusto a una época que en principio me atraía poco, como es el siglo XVIII todo gracias a mis parientes lejanos históricos (o ancestros)
Si te sirve Inmita, perfecto.
Yo le di vueltas a mi trabajo en la genealogía y qué es lo que quería y podía ofrecer a los demás. Decidí al final, quedarme en la Época Contemporánea.
Si consigo entender los últimos 200 años y pico ya podré estar contenta.
Un abrazo!
Me ha gustado mucho tu post Mireia.
No me había parado a buscar un matiz a estas palabras. Aunque no estoy totalmente de acuerdo contigo. Para mi los antepasados llegarían un poco más lejos, hasta el siglo XVI, que es cuando empiezan los registros parroquiales del pueblo llano, tras el Concilio de Trento. Este hecho hace que haya una Historia Familiar posible de recuperar (aunque no en todos los casos) y por ello es un punto de inflexión donde pondría yo el límite entre los Antepasados y los Ancestros. Este último término, a mi modo de ver, evoca a unos seres más lejanos, y desconocidos en el sentido más puro de la palabra. Desconocidos y casi imposibles de conocer. Y ni siquiera tienen que ser famosos, pero es verdad que su descendencia está tan repartida que una pareja del siglo XI ó X pueden ser ascendentes o ancestros de decenas de miles de personas.
Gracias por hacernos pensar en esto.
Un saludo
Hola Eugenio,
Me parece acertadísima tu reflexión. En Facebook comentaba hace unas horas con otro seguidor del blog que la barrera que separa antepasados de ancestros no es igual para todo el mundo pero lo que tenemos que tener claro es que en algún momento se pierden los sentimiento por los que estuvieron antes que nosotros.
Saludos!
Yo tengo interés en la genealogía de mis antepasados hasta donde los registros me permite identificar los y cada vez que encuentro uno más me siento muy motivada. Tengo ramas que se remontan a 1500 en España pero otros se quedan apenas en el 1800 en Costa Rica. Tengo mucho que hacer y que aprender.
Hola Julieta,
Tener interés por el siglo XVI está bien, pero ¿qué sientes por estas personas más allá de curiosidad? ¿Qué te empuja a investigarles? ¿El cerebro o el corazón?
Saludos
Buena tarde me puede ayudar la reflexión de los ancestros
Hola,
Tienes estos artículos:
https://tataranietos.com/2015/10/15/ancestros/
https://tataranietos.com/2014/01/09/el-soplo-de-los-ancestros-de-biga-diop/
https://tataranietos.com/2013/11/28/te-kuhane-o-te-tupuna-el-espiritu-de-los-ancestros/
https://tataranietos.com/2013/06/27/los-ancestros-de-mulan/
Saludos
Hola a todos. Creo que hay mucho para pensar en lo que propones, por lo menos para mí que en una primera lectura he pensado consecutivamente de acuerdo, en desacuerdo y no sé -igual es que debo ir al médico 😀 –
Mi hija -en el origen de mi interés por la genealogía- tiene ancestros vascos, catalanes, portugueses, croatas, lombardos, brasileños esclavos (en realidad africanos), canarios y guaraníes. Algunos de sus ancestros europeos son medianamente accesibles a través de registros parroquiales. A otros, africanos y guaraníes especialmente, sólo podemos integrarlos en nuestro imaginario a partir de la historia o la literatura aunque sean mis bisabuelos, por una mezcla de cosas pero con un acento fundamental: para muchos de sus contemporáneos no era “cool” tener un pariente negro esclavo o indígena, eso se ocultaba en la medida de lo posible.
Hoy día mi hija vive su adolescencia en Mallorca y muchos de sus amigos muestran orgullosos su condición de “mallorquines por los cuatro costados”. Estoy segura de que una cosa es tan valiosa como la otra, lo importante es que cada uno en su vida actual lleve con alegría y orgullo la gama de microhistorias que le tocó representar en esto de ser humanos. Y si queremos investigar, algunas familias llegarán más lejos o más cerca, de fuentes familiares o de fuentes históricas, cada uno según sus circunstancias.
Lamento escribir tan largo, al final lo que venía a decir es que algunos para poder explicarnos cosas de nuestros padres o abuelos (y por lógica de nuestras propias actitudes) tenemos que leer libros que hablan de 1492, por ejemplo. Son ancestros según tu definición que dolorosamente casi siempre, han dejado consecuencias en nuestras vidas actuales.
Saludos, como siempre muy disfrutable tu blog 🙂
Hola,
Me ha parecido una reflexión estupenda, sobre todo cuando hablas de “gama de microhistorias”.
Muchos de nosotros tenemos que conformarnos con imaginar algunas ramas de nuestro árbol (forma parte de la magia de la genealogía) y está bien. Porque saberlo todo, mejor dicho, creer saberlo todo de nuestros antepasados, tampoco es garantía de conocerlos realmente ni de conocerse mejor.
La genealogía lo impregna todo, así que los hitos de la Historia (con mayúsculas) son normalmente muy genealógicos y es verdad que nos han afectado a todos.
Saludos!
Hola Mireia, como soy historiador del arte, mi forma de ver ese planteamiento sobre ancestros, antepasados, muertos… varía un poco. Verás, creo que se entenderá mejor si te cuento lo siguiente: en un tiempo tuve la curiosidad de saber hasta qué fecha podría localizar a los antepasados de mi familia y llegué hasta 1610… La relación que yo pueda tener con 1610, en principio, parece casi imposible, pero, si te digo que yo he vivido en el siglo XVII, pues las costumbres del pueblo en que nací no variaron demasiado en ese paso del tiempo y que seguíamos teniendo el mismo mesón que localicé en 1610, resulta que los lazos de unión con aquel primitivo Pedro de la Glera son más que cercanos, vamos, que está más próximo que mucha gente actual… Al final, depende de las sensaciones que tengas y de lo que te transmitan las cosas para estar más o menos alejado y, para mi, los objetos, si se saben interpretar, te acercan muchísimo al que los hizo, afortunadamente, la energía que retienen es fuente de conocimiento y entonces el espíritu sigue vivo… Ya ves, la historia, lejos de ser cosa ya pasada, es algo muy presente. No es cuestión del paso del tiempo, es cosa del “olvido”, lo que dificulta esa relación.
Hola Enrique,
Gracias por tu aportación. Entiendo lo que me dices, al final los antepasados son quien nosotros decidimos que sean y todo lo que sentimos por ellos es válido, sin importar el paso de los siglos.
Con franqueza, para mi es muy difícil vincularme más allá del siglo XIX pero hubiera sido diferente si yo viviera en un pueblo pequeño de donde provinieran la mayoría de mis ancestros porque “la tierra” añade un plus de emoción
Hasta otra!
Lamento, pero no concuerdo con las definiciones dadas aqui. Yo también vengo haciendo Genealogía desde hace muchos años, pero no me baso en eso para contradecir estas definiciones, sino en el sentido común, en el conocimiento del idioma español y en el diccionario:
Define a los ANCESTROS como las personas de las que descendemos pero de los que
ya no nos toca nada, tales como Adán y Eva, Tutankamón, Ricardo III o Cristobal Colón…
A los ANTEPASADOS como “nuestros muertos contemporáneos”, como los bisabuelos, tatarabuelos, abuelos cuartos, etc.
Y por último define a los MUERTOS como nuestros seres queridos…
1) No me parece un buen método el definir a los Antepasados como nuestros muertos…, sin haber definido antes a los Muertos, ya que lo definió al final.
2) Muertos no son solamente nuestros seres querido, sino todo aquél que ha perdido la vida, independientemente que hayan sido nuestros seres querido o no. Así lo ha aprendido todo el mundo de habla castellana y lo confirma el diccionario.
3) No me parece que nuestros bisabuelos y tatarabuelos sean nuestros contemporáneos.
4) Diferencia el concepto de Ancestro con el de Antepasado. Sin embargo, todo el mundo de habla castellana los ha aprendido como sinónimo, y así también lo confirma el diccionario. También la
etimología de la palabra lo confirma en ese sentido.
5) Menciona a Tutankamón y otros como nuestros Ancestros. No creo que la autora y los que estemos leyendo estas definiciones seamos descendientes de tales personaljes… Bueno, habría que demostrarlo.
6) También se menciona en la misma definición que Adán y Eva sean nuestros ancestros. Esta afirmación implica creer ciegamente, textualmente en la Bíblia, concretamente en el Génesis. Esto implicaría además creer que la humanidad no tiene más de 7 mil u 8 mil años de antigüedad… lo cual riñe con la ciencia que nos cuenta que tiene unos 4 millones de años…
Hola Armando,
Gracias por el comentario. Me da la impresión de que te tomas este post muy en serio, no soy la RAE y mis definiciones de los tres términos no son oficiales, son personales (por otra parte tendrías que ver la definición que da la RAE sobre la genealogía, esa sí que está mal pensada). A mí me sirve distinguirlos así.
Aunque antepasados y ancestros sean sinónimos para mí hay matices. Y muertos sí, todos los que fallecen son muertos, obvio, pero los seres queridos que van falleciendo no van pasando a ser antepasados. El día que mueran mis padres no se convertirán en mis antepasados, tendrán que pasar algunas generaciones para serlo respecto a alguien, mis hijas tampoco pensarán en ellos como antepasados.
Y sí, ya sé que lo de Adán y Eva pertenece a la Biblia, los menciono al igual que otros personajes históricos con sentido del humor.
Saludos!
En principio, bien el enfoque y bien el encuadre. No estoy versado en el tema como un experto, pero agradezco desde el llano la información sana y bien intencionada que tienen a bien acercarnos, yo incluido, y que nos permiten tener una noción mas cabal y mejor orientada en el contexto del saber y la comprensión humana. Gracias.
Me alegro de que te haya gustado el post, Hugo.
¡Hasta la próxima!
En mi familia hemos heredado el nombre de la abuela 5 mujeres , parientes directas y colaterales, si a eso añadimos que mi hermano caso se con otra del mismo nombre y que en mi familia política (no lo sabia)tb se repite este nombre, la actual situación familiar es k nos hemos dejado de hablar todos o casi.En definitiva he pensado ante la presión y el peso de mi pobre abuela en cambiar mi nombre, pero no me atrevo. Gracias.
Hola Isa,
Cambiarse de nombre son palabras mayores pero estar a malas con tu nombre no es algo que tengamos que prolongar en el tiempo.
Yo te puedo echar una mano en una de mis sesiones para discernir qué opción es mejor para ti.
Saludos
Me gustó, soy un amante de la historia.
Pues a mi, con catorce años decir mi nombre era un ejercició de valentía. Ninguna chica se fíjara en mi pensé. menos mal que no le cambie. Pues se fijo la mejor de todas, la más espabilada, cariñosa y decidida, sino no se hubiera decantado por mi, con todos los pretendientes que tenía. No cabe duda que era la más lista. No, no era tan desagradable mi nombre.
Enorabuena Frutos! Por cierto tu nombre me parece muy poético.
Jo, con Armando, si nos ponemos así.
Hay vivos que estan muertos, salvando esto, a mi me parece correcto. Ancestros los de Altamira. Antepasados nuestros bisabuelos. Y muertos nuestros contemporanéos. Creo que todo el mundo lo entiende.
Tuve dudas con la palabra ancestro y me decidí por antepasados.
«Pero todo lo racional se pierde en mis novelas, se fuga para dejar sitio al rico folklore de mis antepasados, donde todo es posible». Este es el fragmento, ancestro me pareció muy lejano.
Armando se tomo demasiado en serio el artículo…