Nuestros hijos y nietos más pequeños están naturalmente interesados en su familia aunque no tienen ningunas ganas de estudiarla.
Ellos no nos suelen llamar por nuestro nombre y apellidos, nos llaman mamá, papá, yayo, tata, tete, tía. Su referencia para relacionarse con los que les rodean es un nombre y el término de parentesco que designa a cada miembro de su familia.
Seguro que has tenido la ocasión de comprobar que a veces se forman un lío cuando no entienden que su tía es a la vez hija de su abuela y hermana de su padre, por eso está muy bien que les ayudemos con un mapa: su árbol genealógico.
Para niños entre 3 a 6 años, los bebés están por otras cosas más interesantes como probar a qué sabe la arena del parque, es suficiente con que tengan una referencia visual de su genealogía. Sería forzado que se implicaran en la actividad de confeccionarlo, así que el adulto tomará la iniciativa, pedirá su colaboración como en otra manualidad, para posteriormente enseñar el resultado y comentarlo con él.
Los niños y niñas de los primeros cursos de primaria, a partir de 6 años, ya pueden involucrarse en la investigación de su árbol (no nos los vamos a llevar a un archivo a que manoseen documentos antiguos, pero podemos enseñarles fotografías, libros de familia y otros legados que alimentarán su natural curiosidad y sobre todo proponer que hagan preguntas sobre el pasado de los familiares mayores).
Mi consejo es empezar con un árbol de cuatro generaciones (hasta nuestros abuelos, los bisabuelos de las criaturas, así no tendremos que investigar demasiado) en el que los peques podrán identificar a miembros vivos y muertos de la familia (incluidas las pérdidas gestacionales y perinatales y las mascotas). Serán personas con las que se relacionan a diario, otras con las que sólo interactúan algunas veces al mes o al año y otras a las que nunca conocieron.
- Puedes utilizar las plantillas de mi sección de Descargables (hay para adoptados) o crear un árbol a tu gusto.
- Tradicionalmente la rama paterna va a la izquierda y la materna a la derecha, haz lo que quieras igualmente.
- Te será más práctico colocar abajo a tus hijos y hacer crecer el árbol en sentido vertical, encima de ellos coloca a sus padres, posteriormente a los abuelos y después a los bisabuelos.
- Selecciona fotos, escanéalas e imprímelas (mejor que no sean originales si no estás dispuesto a estropearlas).
- Si lo prefieres puedes hacer un dibujo de un árbol y llenarlo de nombres o dibujar a los miembros de la familia.
- Utiliza rotuladores y lápices de colores, ¡dadle vida al árbol!
- Si no conoces los datos de algún familiar siempre podrás investigar más adelante, déjalo en blanco.
- Si tu hijo ha nacido por donación de gametos evita los secretos, sitúa al o los donantes, anónimos o no, en algún lugar del árbol (lo mismo en el caso de la surrogate)
Recuerda que un árbol no son sólo nombres, son rasgos físicos, profesiones, historias y anécdotas.
El árbol genealógico es un punto de referencia, una oportunidad de acercar a los peques a la historia familiar, ellos agradecerán muchísimo conocer sus orígenes aunque no sea de inmediato.
¿Tus hijos pequeños tienen curiosidad por la genealogía?
¿Les has ayudado a hacer su árbol?
Fotografía: Enrique Domínguez
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