Existen más duelos que el que todos solemos tener en mente (el duelo por la muerte de una persona), es algo que expliqué en una de mis clases en línea imprescindibles Comprender el duelo transgeneracional (si te la perdiste todavía puedes acceder a ella). No estamos acostumbrados a hablar de duelos, pero los vivimos cotidianamente y en ocasiones de forma muy traumática, tanto que acaban dejando huella en las siguientes generaciones.
Uno de los duelos menos tenidos en cuenta es el duelo por la pérdida de las raíces. Emigrar comporta un duelo que puede alargarse y agravarse dependiendo de la motivación con la que se emprenda el viaje y de sus circunstancias…
¿Es una aventura o es una huida?
¿Ha habido tiempo de despedirse de todas las personas, lugares y cosas que son importantes?
¿Es una decisión propia o ha sido impuesta?
¿Es un viaje de pocos o muchos kilómetros de distancia?
¿Tiene suficientes medios económicos para hacer el viaje e instalarse?
¿La cultura del país de acogida guarda similitudes con la de origen? ¿Hablan otro idioma?
¿Se prevé que será solo por un tiempo o va a ser una estancia indefinida?
¿Podrá volver algún día a su tierra?
Emigrar por un proyecto personal es bonito, si se tienen muchas ganas de cambiar de aires aunque se eche de menos el hogar, compensa; en cambio expatriarse por un engaño, una guerra, por necesidad económica o persecución ideológica, religiosa o lgbtiqfobia duele, duele mucho.
Abandonar la tierra que te vio nacer, decir adiós a tu familia, tu casa y a tus amigos comporta pasar por un proceso emocional en que se movilizan diferentes emociones: esperanza, ilusión, tristeza, enfado, alivio, vergüenza, miedo, culpa, etc. Cada persona y cada familia lleva su duelo migratorio de una forma particular. Hay quien no supera la huida nunca, no se adapta al nuevo país y sienten una melancolía y nostalgia permanente, otros se sienten culpables por haber dejado atrás a otras personas que también querían escapar pero no tenían los medios, otros se marchan con mucho miedo de que descubran su huida, a que tomen represalias contra los suyos o a ser detenidos y devueltos en la frontera de su país o en el de acogida.
Todo lo que pudimos, la novela gráfica de Thi Bui, me parece que explica muy bien lo que es vivir un trauma y un posterior duelo migratorio familiar.
También te recomiendo el libro Invisible Immigrants sobre la inmigración española a EE.UU. durante los años 1868 y 1945, un merecido homenaje a aquellos spaniards que marcharon a buscar fortuna, o huyeron por causas políticas, por parte de sus descendientes que no quieren olvidar sus raíces, ni lo duro que trabajaron sus antepasados para tirar adelante con sus familias en tierra extraña.
Convertirte en/Ser emigrante no es fácil, los emigrantes son personas valientes, a veces muy desesperadas, muchas veces invisibles para los autóctonos, que renuncian/pierden a sus referentes. Quien no sienta empatía por los emigrantes, quien además lance, promueva o esté de acuerdo con discursos racistas y xenófobos es que es un egocéntrico y un insensible, dejarlo todo para buscar una vida mejor no es un capricho, es un derecho que todos podemos llegar algún día a ejercer.
Los humanos no hemos parado nunca quietos. Todos descendemos de emigrantes, no hay genealogía que no hable de emigración. Los duelos migratorios de nuestros padres, abuelos y bisabuelos están en nuestro ADN, por eso en EE.UU., país levantado por emigrantes, la genealogía es el segundo hobby después de la jardinería, los norteamericanos sienten una necesidad muy fuerte de conocer a sus antepasados.
Casi todos los descendientes de emigrantes necesitan hacer unas vacaciones genealógicas, hasta eligen emprender una emigración a la inversa para entender y homenajear la dura decisión de los suyos, para conectar con sus raíces, para reencontrarse con familiares a los que otros perdieron la pista, para cerrar una herida, para poner fin a un duelo que lleva décadas inconcluso.
Muchas personas sienten que una fuerza les empuja a hacer ese viaje de vuelta a los orígenes, como Carolina Domínguez que viajó de Montevideo a Couto de Pesca, Galicia, lugar donde nació su padre y sus abuelos o Paula Álvarez que vino de vacaciones con su madre también a Galicia a conocer la tierra de sus antepasados y aquí se quedó.
Si tus antepasados o familiares más cercanos cogieron las maletas, la genealogía viva te ayudará a entender sus emociones, su proceso de adaptación y sus vicisitudes para comprender una parte importante de tu pasado familiar, en definitiva de ti mismo.
Y si quieres saber más sobre duelo transgeneracional lee mi libro dedicado al tema…
¿Has hecho el viaje de vuelta a tus orígenes?
¿Quieres hacerlo?
Fotografía: flickr.com/commons
Hola Mireia! soy argentina, y mi país es un país de inmigrantes. No hay quien no descienda de un barco, así lo dicen muchos.
Tuve la suerte de conocer a mi bisabuela, que era de Gordoncillo, León que siempre decía que alguien debía volver a su terruño.
Yo viví 8 años en Mallorca y lamento no haberme acercado, pero también sentí de otra manera lo que es ser exiliado, ahora en la época de la tecnología, que es más fácil.
Supongo que para ellos fue muy, muy difícil y triste.
El tango, nació en los arrabales de Buenos Aires, es la música de los inmigrantes y es muy triste, supongo, como se sentían ellos.
Saludos.
Hola Natalia,
Nunca es tarde para visitar que alguien visite ese terruño en nombre de tu bisabuela.
¡Ah! Buen apunte sobre el tango.
Un abrazo
Viaje a España al pueblo de mi abuelo, Corella , Navarra y me reencontré con familia , con el pueblo , quienes me recibieron no como extranjera sino como una corellana que volvió, fue hermoso las dos veces que estuve allá y también visite en Guatemala y México al resto de la familia esparcida que no se quedaron en Chile, tengo claro las razones, los duelos, las penas, quienes no volvieron a verse, cuando volvieron quienes a que país, toda la historia y me tomó muchos años lograrlo, hoy toda la familia que es grande está unida- Vi las ruinas de la casa en que habitaron.
Es la mas hermosa experiencia que se puede tener.
Hola Ximena,
Qué bien que hayas hecho ese viaje de vuelta a los orígenescon tanta consciencia.
Gracias por compartirlo para animar a que otros también emprendan el suyo.
UN abrazo!
Hola Mireia. Me gustan mucho tus textos. Será porque comparto contigo la pasión por la genealogía. Pertenezco a instituciones de descendientes españoles e italianos y siempre estoy buscando datos. Hice el viaje y estuve en Málaga donde nació mi abuela, que nunca se la ve sonreír en las fotos, y en Valencia donde nació mi abuelo, También llegué a Navarra y de allí subí al pueblito Mendigorria de donde proviene mi apellido. En todos esos sitios me emocionaba y lloraba. Me pasó algo particular con Barcelona , ahí me sentí realmente conmovida y no entendía por que. Hasta que me di cuenta que el apellido de mi abuela materna, mi segundo nombre es el de ella, es Barcelona, a pesar de haber nacido en Italia. Aquí en Buenos Aires hay un museo del inmigrante, que antes fue el hotel de los inmigrantes, donde se alojaban cuando venían. Visitarlo conmueve tanto, que el alma se estremece en una catarata de sensaciones muy profundas. Es como viajar al siglo pasado. Ya estoy pidiendo las partidas españolas de mis abuelos paternos. La genealogía y su aprendizaje , es una asignatura que tengo pendiente. Gracias por compartir tu sabiduría con todos los que te leemos y aprendemos con tu sabiduría. Saludos cariñosos. Liliana
Hola Liliana,
Me alegro de que te guste lo que comparto y gracias por tu aportación.
Entiendo tu emoción al venir de visita a España, es la que me ha expresado tanta, tanta gente y la que he vivido en primera persona en mis viajes genealógicos.
Me encantaría visitar ese museo de la emigración.
Un abrazo
Hola Mireia.
Gracias por este post y muchas gracias por tu entrega y acompañamiento en Genealogia Viva.
No pierdo las esperanzas de algun dia poder hacer un viaje genealogico a la tierra de mis ancestros: Bergondo (Galicia), Peñaullan y Pronga (Asturias) y Zaragoza y Calmarza (Aragon)….. y tal vez volver a Suiza y conocer el pueblo de mi tatarabuela suiza.
Genealogia viva es un camino de no retorno y de sanacion interior y de comprension.
Gracias!
Un beso grande, desde Argentina!
Gracias por tu comentario María Eugenia, espero y deseo que puedas hacer esos viajes de vuelta a los orígenes, sé que te haría muy muy feliz y que sabrías disfrutar esa aventura.
Un abrazo!
Creo que debe haber pocas familias españolas que no tengan al menos algún antepasado que tuvo que irse lejos para poder ganarse la vida. En mi caso ya sabía de un bisabuelo que emigró a Uruguay y recientemente he sabido de un tatarabuelo que lo hizo a Argentina. Los dos murieron lejos y uno de ellos muy joven…
Ahora mi hija lleva casi tres años en Buenos Aires, ampliando estudios y trabajando. De nuevo la emigración, muy diferente, incomparable a la de entonces pero también dolorosa y que te hace pensar en cómo se debieron sentir aquellas personas en un tiempo tan difícil.
Hola Victoria,
Si rascamos un poco en cada genealogía encontraremos gentes que van, que gentes que vienen, es cuestión para algunos, de quererlo ver y de quererlo admirir.
Un abrazo
Hola Mireia!
Me ha impactado este artículo, soy hija de inmigrantes italianos en Argentina, yo a mi vez emigré de Argentina a España hace 37 años, mi hijo vive en la Península (yo en Canarias)… de alguna forma, siempre las familias han estado incompletas, con ausencias importantes,padres,hermanos,tíos,primos…
Yo sufrí mucho en el momento de dejar mi país,no quería pero no supe decir que no.
Hoy no me arrepiento de haberme ido,pero,siento,que es una especie de sello que todos en mis familias tenemos. Las de mis padres, y las de mis hijos.
Cada vez que vuelvo a Buenos Aires,es un viaje que me deja movilizada,revuelta,y siempre vuelvo diferente.
Afortunadamente ya hace años hice el cierre que me permitió dejar de sufrir por estar lejos.
Pero es algo que te marca para siempre, aunque el país que te acoja,como fue mi caso, te brinde lo que el tuyo te negó. (que es mi caso)
Un beso y gracias!
Hola Alejandra,
Sí, la emigración te marca, deja huella, por eso es importante estar sobreaviso por si hay algún resquicio de ese duelo sin resolver. Me alegro de que tú ya hayas hecho un trabajo que te permita estar bien.
Un abrazo
Hola Mireia!
Me encanta lo que escribes, y que tanto se parece a mí..Soy hija de un canario emigrante que atravesó el atlántico para llegar a Venezuela, el país de las oportunidades. Estaba escrito en el cielo, el encuentro con mi madre, y yo poder venir a la vida..Siempre sentí nostalgia por tener a toda mi familia paterna lejos y no poderle conocer personalmente. Soy profesora de Historia, Orientadora, Consteladora familiar y ahora dicto con pasión talleres de Genealogía, quizás como una forma de buscarme, de honrar la memoria de mis antepasados canarios. Feliz de ser una buscadora de mi propio árbol y también de ayudar a los otros a encontrarse en el suyo propio…
Hola Lisbeth,
Me alegro de que te guste lo que escribo.
Eres una buscadora!
Saludos
La familia de mi abuelo materno viene de España, Navarra en 1906 a Chile. la bisabuela huye de su esposo a Francia primero, al descubrir un hijo que crio como adoptivo que era de su esposo. Resultado viaje sin retorno, mi abuelo y sus hermanos fueron separados, algunos con la bisabuela, que primero eran todos menos una que no quiso dejar a su padre, otros recuperados por el bisabuelo permanecen en España tras ser quitados a ella en Francia, Hijos sin padre o sin madre, sin historia u oculta. Tras mi investigación genealógica , nos hemos reencontrado, han viajado muchos, incluyéndome a Corella, Navarra, Viajando a distintos paises de destino tras la adultez de los hermanos de mi abuelo que tomaron sus propios rumbos (7 paises). Hoy, una familia unida y con amor, Mucho dolor y amor en esta búsqueda que se extendió a todos, se entendió, se aceptó y se comprendió.
Gracias por compatir esta parte de tu historia, Ximena.
Es muy bonito leer que los descencientes os habéis encontrado con el tiempo y afrontado el dolor del pasado.
Un abrazo