Me gustan los cómics, he recomendado muchos en este blog, entre ellos El ángel de la retirada de Paco Roca, un creador que siempre hace diana en mí. Su última obra se llama La Casa y está editada por Astiberri (no te confundas con el libro homónimo de Daniel Torres que pienso leer pronto).
La Casa es un reflejo de lo que pasa en muchas familias cuando fallecen los padres, hermanos que se enfrentan a un pasado no resuelto, sin estar preparados emocionalmente para ello tomando la difícil decisión de qué hacer con la casa familiar, ¿venderla, alquilarla o quedársela? ¿Y qué objetos y muebles conservar, cuáles regalar y cuáles tirar? Unas decisiones a veces precipitadas, siempre dolorosas, que un día u otro nos toca tomar a todos si no morimos antes que nuestros progenitores y que implican revisar nuestro pasado familiar (Maite Jone-Solar nos lo contó en el post La casa de mi abuela).
Este cómic es además un sentido homenaje a esos hombres de una generación muy trabajadora, generosa con sus hijos para que no les falte de nada como a ellos y a la vez con una coraza emocional que les impidió (e impide) comunicar su amor a sus hijos con palabras y contacto físico.
Es un reproche generalizada en personas que rondan la cuarentena, se quejan con amargura o enfado, que sus padres estaban ausentes, que no les dijeron un triste “te quiero”, ni recibieron un abrazo cuando más lo necesitaban. Esos padres no sabían (y siguen sin saber) hacerlo, quizás con los nietos se permitan emocionarse abiertamente y expresar ternura. A los hijos de estos padres nos toca apreciar sus obras que son amores y no buenas razones, ellos nos quieren a su manera y no a la que nos hubiera gustado a nosotros.
Paco Roca consigue con este libro nostálgico (repleto de amor por los árboles, por cierto) ayudar a otros a conectar con sus padres, vivos o muertos para que no nos despidamos sin haberles preguntado si fueron con la vida que han tenido. Ya lo sabes, nunca es tarde para reconciliarte con tu padre, ni con tu casa, tu familia, tu pasado y tus raíces.
¿Has tenido que dejar vacía tu casa?
¿Has tenido que venderla?
Fotografía: Paco Roca
Malgrat assumir que els meus pares no ho van saber fer millor, tancar la casa no va significar res d’especial, era una casa fosca i tinc pocs records realment agradables. Es va vendre i es va repartir a mitges l’import que no va ser molt era vella i mal equipada. Malgrat tot vaig guardar algunes coses, les eines del meu pare, les fotos, un joc de café molt friqui que sempre havia estat al menjador i que no s’havia fet servir mai, un vano de la meva mare i la seva polvera. Poca cosa més.
Hola Carme,
Sempre ens enduem quelcom de la nostra casa familiar, en el teu cas són objetes que et transmeten records, d’altres només en tenim records de les nostres cases.
Salutacions
Hola doncs jo vaig buidar la casa dels meus pares ara ja fa 6 anys i vaig guardar moltes coses. Les tinc en dos trasters. Ara ja no ho puc mantenir més i se’m trenca el cor. Se que estan sempre amb mi però tot i així estic perduda. Però ho he de fer. Aiii
Hola Montse,
Sento que hagis de defer-te dels records dels teus pares d’aquesta forma.
Un abraçada i molts ànims!