Somos unos copiones

Somos copiones

Hoy vengo a reflexionar sobre la tendencia humana universal a copiar, una tendencia que convive con la innovación, claro, pero que suele imponerse en la mayoría de los ámbitos de la vida.

La verdad es que copiar tiene mala prensa pero es inevitable.

De hecho, nuestra existencia empieza copiando. Los humanos, salvo algunas excepciones, empezamos a existir calcando la mitad de los genes de un gameto masculino y otro gameto femenino.

Y de esa mezcla sale una persona que se parece parcialmente tanto en físico, como en salud, como en comportamientos a sus ascendientes biológicos. ¿En todos? No ¿En cuáles? Ya se verá…

Si a eso le sumas que cada persona aprende a estar en la vida fijándose en lo que hacen las personas que le cuidan y obedeciendo sus ponderadas o arbitrarias normas, que en muchas ocasiones provienen de esos ascendientes biológicos que a su vez hicieron lo mismo, tenemos a seres que básicamente son una copia de otras copias.

A lo largo de la vida copiamos los aciertos y los errores de los demás, sobre todo de la gente más próxima, nuestros allegados, tanto en el plano genético como social y cultural, reproducimos lo que funcionó, lo que funciona y lo que no.

Tanto heredamos enfermedades incapacitantes como talentos, tanto copiamos malos hábitos como reproducimos costumbres sanas. Nos cuesta copiar con eficacia, con criterio, de hecho lo hacemos casi siempre de forma inconsciente.

Y aunque está claro que todo, todo, todo no lo copiamos, copiamos muchísimo.

Se puede ser original en determinados ámbitos o aspectos, pero imposible serlo en todos.

Nuestro cerebro tiene unas neuronas diseñadas para copiar a todas horas, se llaman neuronas espejo y fueron descubiertas por neurobiólogos italianos en el año 1996. En esta entrevista uno de los responsables del hallazgo habla de ellas…

Copiar no es bueno ni malo.

Copiar es tan natural como innovar.

Lo que es un error es…

1. Copiar aquello que sabes que no te hace bien.

2. Copiar para hacer pasar por tuyo el trabajo de otro, eso se llama plagio y es delito (aprovecho para decirlo porque cada dos por tres pillo a alguien robándome mis textos).

3. Y por supuesto exigir que una persona te copie solo por el hecho de que está a tu cargo o tienes una relación sexoafectiva.

Como dicen en un documental que vi hace muchos años y al que tengo mucho aprecio, Everything is a remix: Copia, combina y transforma

Estamos aquí porque hemos copiado y seguiremos copiando, pero podemos ser paradójicamente más originales y genuinos si admitimos que copiamos para dejar de calcar exactamente los gustos, actos y actitudes de los demás.

¿Te parece un tema interesante y quieres profundizar más?

Te recomiendo que veas la clase en línea titulada Hacer las paces con los padres en la que abordaré tanto lo que copias como lo que haces diferente de tus progenitores como los temas pendientes que tengas con ellos.

Clase en línea Hacer las paces con tus padres

También puedes ver una película de animación de Píxar que pasó muy desapercibida: «Mundo extraño» en que un padre presiona a su hijo para que copie sus personalidad y modo de vida y este hijo que ha padecido tanta presión hace después lo mismo con su vástago.

Y puedes recuperar un post de 2021 toqué tangencialmente el tema: ¿Nacemos originales y morimos copias?

¿Te das cuenta de todo lo que copias?
¿En qué eres realmente original?

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