
Pasadofobia: Temor fuerte e irracional al pasado
Debería tener asumido que no todo el mundo es amigo del pasado, pero no, me sabe mal que haya tanta gente que tenga una mala relación con el concepto PASADO, con el pasado en general y por supuesto con su pasado en particular y por eso persisto en uno de mis objetivos: conseguir que la gente le pierda miedo a estudiarlo.
Muchos profesionales, sobre todo coaches, proponen centrarse en el presente y dicen cosas como estas…
Olvídate del futuro y del pasado. Lo único que importa para vivir es el presente.
El pasado no debe ser una referencia para construir tu futuro.
No mires atrás, vive el presente.
El pasado acompaña continuamente al presente. ¿Por qué despreciarlo? ¿Para qué darle la espalda?
El presente es fugaz, escurridizo, mientras que el pasado es consistente, así que en mi opinión es más analizable y por lo tanto proporciona más conocimiento.
Esto que digo no significa que uno tenga que estar instalado en el pasado (que es algo que también le pasa a muchas personas), al contrario, lo que digo es que entender y asumir el pasado ayuda a tener un mejor presente y futuro.
¿Es posible vivir sin utilizar referencias del pasado?
Muchos proponen vivir el presente y concentrarse en planificar el futuro pero no se dan cuenta de que para estar bien en el presente lo mejor es tener pocos asuntos pendientes y que para hacer planes de futuro es conveniente analizar qué nos ha funcionado y qué no anteriormente.
Algunas personas no quieren saber del pasado porque tienen miedo de lo que sienten cuando recuerdan actos y sucesos que protagonizaron, o no llegaron producirse. Se podría decir que están estancados en unas determinadas emociones y sentimientos y prefieren, o no saben cómo, atender ese bloqueo, incluso se autoinducen el olvido, como decía Anne Ancelin Shützenberger en su libro “Ay mis ancestros”: “no olvidar de olvidar, sin olvidar”, una táctica que no suele dar buenos resultados, algo que me recuerda a esta ilustración de Alfonso Casas que tiene un montón de likes. Entiendo por qué y cuál es el mensaje del autor, pero estoy en desacuerdo con él.
El pasado nos necesita, y mucho.
El pasado pide en muchas ocasiones solo que le prestemos la debida atención y una vez hecho esto, actuemos. Podemos obviarlo pero solo cuando lo atendemos estamos tranquilos.
El pasado y nuestra genealogía necesitan que no tengamos tanto miedo de ellos o que si lo tenemos busquemos ayuda para afrontarlos.
Eso me lleva a otro asunto…
Hay una variante de la pasadofobia, la geneafobia
Geneafobia: Temor fuerte e irracional a la genealogía
Hay muuuuchas personas que proponen dejar en paz a los muertos porque tienen secretos que no quieren sacar a la luz o porque no quieren reabrir heridas. ¡Son una legión!
He lidiado con familiares geneafóbicos, así, lo expliqué en el post ¡¡¡No quieren ayudarme con el árbol genealógico!!! Es descorazonador intentar entrevistar a alguien que no quiere remover su pasado.
También he conocido a profesionales como la filósofa Adela Cortina que en la radio me dijo que “La genealogía era una pérdida de tiempo”.
Mención a parte son todos esos funcionarios y archiveros que al mencionar la palabra genealogía comienzan a poner los ojos en blanco o empiezan a ser descorteses.
Hay demasiadas personas que tienen muchos prejuicios sobre la investigación con fines genealógicos. Creen que no tenemos derecho a “cotillear” y que la intimidad siempre prima sobre el derecho a la identidad y a conocer los orígenes.
No podemos cambiar la manera de pensar de otra persona a la fuerza pero te animo a que dialogues con ella y seas muy empática, tal vez escuchándote cambie de opinión.
¿Conoces a personas que tengan fobia al pasado?
¿Y geneafóbicos?
PD: La pasadofobia y la geneafobia son dos términos inventados.
Lluïsa Silla acuñó la palabra genealofobia en un comentario del artículo La genealogía no es una pérdida de tiempo, yo le he quitado el “lo” para quedarme solo con el Genea.
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