“Cuando se estudian los “árboles ginecológicos”, se hallan esquemas de repeticiones similares a este, que hacen que las mujeres hereden las mismas problemáticas que las que ocupan el mismo lugar en las generaciones anteriores. Esa repetición no se expresa obligatoriamente con los mismos síntomas ni la misma intensidad. Señala que cada mujer está afectada por ella a su manera y que se trata de una patología de linaje”.
Danièle Flaumenbaum
A finales de año una amiga me prestó un libro sobre sexualidad femenina que ya había visto en la biblioteca pero que no me había llamado especialmente la atención. Cuando eché un vistazo al índice de contenidos me llevé una sorpresa: el capítulo cinco se titulaba “Los árboles ginecológicos” y hablaba de patologías “fantasma”, de patologías de linaje, de la importancia de conocer la propia genealogía y de los efectos del genosociograma. ¡Bingo! Había encontrado un libro específico sobre mujeres y transgeneracional.
El ensayo publicado por Gedisa se llama Mujer deseada, mujer deseante. Las mujeres contruyen su sexualidad de Danièle Flaumenbaum y a pesar de que empecé a leerlo entusiasmada, acabé un tanto decepcionada por la visión heterosexista de la autora sobre el amor y el sexo, aunque reconozco que hay mucho material interesante que puede ser útil. Por cierto, Flaumenbaum también fue entrevistada por Nina Canault para el libro Cómo pagamos los errores de nuestros antepasados.
“Para que la construcción sexuada de las hijas sea armoniosa, las madres tienen que hacer un trabajo personal sobre su propia sexualidad; del mismo modo, para permitir que sus hijas se reconstruyan fuera de ellas una vida de mujer adulta, sería deseable que hicieran un recorrido transgeneracional para edificar sus propia base energética y la verdad de su historia”.
Danièle Flaumenbaum
Nuestra sexualidad, queramos o no, está marcada por la sexualidad de las mujeres que nos precedieron (y por supuesto también la de los hombres). Sus desconocimientos, sus creencias y sus límites han llegado a nosotras a través de ciertos relatos, a veces tajantes y a veces crípticos, y también a través de tabús, porque de sexo en algunas familias no se habla y si puede ser, ni se piensa.
Que una abuela fuera violada, fuera o dentro del matrimonio, y nunca se atreviera a contarlo puede haber dejado una impronta que pase a la generación de sus nietas en la forma de reglas dolorosas o síndrome de ovario poliquísitico. No quiere decir que todas las que tengamos un problema ginecológico arrastremos un trauma transgeneracional, pero sí que sería muy recomendable que si tú detectas uno o sientes que tienes un bloqueo sexual hagas un repaso a tu árbol genealógico para localizar si hubo alguna mujer de tu familia que sufriera violencia sexual y así puedas hacer algo para resolverlo.
La sexualidad no es solo un coito protagonizado por un hombre que penetra a una mujer (que es lo que parece querer contarnos la autora de “Mujer deseada, mujer deseante”), es sensualidad, son caricias, es sexo oral y anal entre personas con diferentes o iguales genitales, es masturbación y también lactancias y partos.
La sexualidad es natural, envuelve nuestras vidas desde bebés hasta ancianas.
Si nos damos permiso para expresar nuestro goce corporal evolucionará, si nos ponemos normas anacrónicas, lo pasaremos mal, desconectaremos nuestros cuerpos y/o sentiremos culpa por tener una lívido.
Si quieres que te acompañe a explorar tu árbol ginecológico, te invito a contactar conmigo.
¿Has estudiado tu rama materna?
¿Crees que has heredado algún bloqueo sexual?
Imagen: flickr.com/commons
Mireia que interesante lo que planteas en este post. En este momento de mi vida me encuentro precisamente haciendo una limpieza de mi intimidad, lo cual incluye mi pasado sexual, pero ahora me tropiezo con este tema de árbol ginecológico y me parece mucho más apasionante aun, de hecho recientemente publiqué un post sobre Las mujeres de mi vida y cómo honrar y perdonar a cada una de ellas me puede permitir vivencias diferentes, construyendo mis propias creencias y no arrastrando ese sufrir que muchas tuvieron que padecer. Definitivamente el sexo es una energía poderosa que puede trascender generaciones y que bien estar conscientes de ello para poder liberar al pasado de dolorosos acontecimientos y poder surgir nosotras como mujeres renovadas que vamos en busca de relaciones armoniosas y saludables. Saludos.
Hola Eliana,
Gracias por tu aportación. Investigar, comprender y dar una solución aunque sea simbólica a los conflictos que tenemos con (o tuvieron) las mujeres vivas y fallecidas de nuestra genealogía es un pilar de nuestro bienestar.
Un abrazo