Soy partidaria de estimular a nuestros hijos pero nunca presionarles para que se zambullan en su árbol, podría ser contraproducente. Como todo en la vida de nuestros hijos lo mejor es esperar el momento adecuado para hablar ya sea de genealogía como de paleontología, nutrición o submarismo, si no les llama la atención el asunto, no sirve de nada esforzarse y perdemos todos el tiempo.
Será muy raro que nuestros peques tengan un interés verdadero por la genealogía si no saben que existe pero hasta que no lleguen a la edad de 7 años no les entrará cierta curiosidad, por eso ponerse a hacer árboles genealógicos con niños de 3 años debe ser una tarea en familia opcional donde ellos nos ayuden pero no donde pretendamos que adquieran conocimientos. Eso no quita, que podamos colgar un árbol genealógico en casa para tener de referencia.
La genealogía no se esconde, pero tampoco hace spam
Tus hijos van a sacar el tema genealógico sí o si porque la genealogía está en todas partes. Te pueden preguntar inocentemente por los ancestros pero nunca esperando grandes rollazos. Igual que no sirve de nada imponerles nuestros gustos y darles un empujoncito para que hagan lo que a nosotros nos apetezca, no vale la pena forzar a nuestros hijos a que sientan pasión por su árbol genealógico, si les obligamos podemos hacer más mal que bien.
Es mucho más interesante para ambas partes estar disponibles, es decir que cuando surjan las preguntas del estilo “¿Por qué mamá y yo somos rubias y papá no?”, “¿Cómo eramos nosotros de pequeños?” o “¿El yayo siempre ha sido viejo?” podamos darles las respuestas.
Sexualidad y genealogía van de la mano
Y también de la mano del duelo…
La genealogía tiene muchos puntos en común con eso que tanto apuro nos da hablar con nuestros hijos. A veces confundimos sexualidad con sexo, el concepto incluye lactancia, embarazo, lactancia, erotismo y afectividad y a veces confundimos genealogía con árbol genealógico cuando es también relaciones familiares e interpersonales y ciclo de la vida.
No debería llegar un día en el que nos diéramos cuenta que nunca hemos abordado el tema del árbol o de cómo se tienen hijos y entonces sentarnos una tarde porque toca con nuestro hijo y soltarle un rollo que él nunca pediría, que es forzado y con el que ambos nos sentiremos incómodos.
Si uno está receptivo sabe cuando toca hablar de bisabuelas y abuelos muertos, menstruación o coitos.
De muertos cuando muera una persona o una mascota muy querida por la familia.
De menstruación cuando tú o alguna mujer de la familia menstrúe porque en algún momento van a ver la sangre, van a señalarla y esperar explicaciones.
Y de coito cuando surja la oportunidad, cuanto más natural mejor.
También debemos poner nombres a las partes del cuerpo (esto que te estás tocando es tu clítoris) y también a los antepasados (este que ves en la foto que hay en el salón fue tu abuelo).
No le cuentes cuentos con cuentos
No sirve de nada adelantarse a la insaciable curiosidad de nuestros hijos, pero igual que les explicamos el cuento de la Caperucita Roja y se leen los tomos de Gerónimo Stilton, podemos tener materiales por casa que lo mismo traten de sexualidad que de genealogía, ambos con un lenguaje adaptado a la edad de los niños.
En el blog he recomendado varios libros genealógicos para peques, en este post están recopilados.
Y ya que estamos te recomiendo No le cuentes cuentos de Carlos y Mario de la Cruz ilustrado por El Rubencio para niños a partir de 3 años que contiende una ilustración donde se ve una penetración y los niños ni se asustan ni se excitan por ello y si tienes niñas El tesoro de Lilith de Carla Trepat.
La genealogía es un asunto de vida y muerte. Yo no soy la única que establece esta correspondencia genealogía-sexualidad. Hace muchos años en la serie francesa con el bonito título de La alegría de la vida sobre educación sexual para niños de 5 a 10 años, incluían un capítulo dedicado al tema del árbol genealógico.
Si quieres que tus hijos o nietos aprendan qué es un árbol genealógico y también qué es la pubertad, el deseo sexual, los gametos masculinos y femeninos, el acto sexual, la contracepción, el embarazo, el parto, la lactancia, etc. no te pierdas la serie entera, sé que el look está un poco desfasado, la serie es de 1992, ¡cómo pasa el tiempo!, pero vale la pena.
Tan bueno es hablar de genealogía como de sexo y no es tan difícil hacerlo adecuadamente.
Seamos sinceros con nosotros mismos. Los límites y las vergüenzas están en nuestra cabeza de adultos.
¿Cuándo y dónde hablas de genealogía con tus hijos?
¿Y de sexo?
Fotografía: Enrique Domínguez
Estoy de acuerdo que no hay que contarles grandes rollos a los hijos, cuando mi hija de 5 años me preguntaba que qué hacia, un día le dije que estaba con el árbol genealógico, se quedó conforme sólo cuando le expliqué que miraba quien era el papá del papá del papá… A ella le hizo gracia eso y de vez en cuando me lo suelta, aunque sé que no puede entrar en su esquema mental nada mas allá de sus abuelos. Al fin y al cabo, siempre esperas que la información que recopilas le interese en un futuro a tus hijos….ya veremos.
Bienvenido Ale,
Con 5 años tu respuesta es estupenda. Tu hija se irá interesando por la genealogía más adelante aunque sea a pocos o muchos años vista. Todos los humanos en algún momento de nuestra vida tenemos la necesidad de saber de dónde venimos. Así que su historia familiar será un gran regalo para el futuro.
Saludos!
NO SE QUE TIENE QUE VER GENEALOGIA CON SEXO.
TALVEZ SE CONFUNDE LA MAGNESIA CON LA GIMNASIA.
Hola Jazmim,
Aunque las técnicas de reproducción asistida permiten tener descendencia sin pasar por un coito, antaño sí se necesitaba, así que para hablar de genealogía hay que hablar de sexo y sexualidad en algún momento, a pesar de los tabús aprendidos… ¡Y si quieres también hablamos de magnesia y gimnasia!
Un abrazo!