Existimos porque otros nos han dado la vida y/o nos han cuidado.
De ellos hemos heredado sus genes y/o sus memes.
En sus genes quedan inscritos experiencias que recibimos recombinadas con las de al menos otra persona del sexo opuesto (recuerda que ahora mismo puede haber tres personas que aporten sus genes en una concepción). Esta herencia biológica nos hace ser buena parte de lo que somos, nos hace sentir, reaccionar y actuar a veces de formas extrañas.
También recibimos su herencia memética, sus creencias sobre la vida, sus costumbres, sus expectativas.
La vida no es, ni ha sido, de color de rosa, la vida a veces es gris, otras amarillo fluorescente y otras verde esperanza.
La vida en general está plagada de retos, imprevistos, algunos preciosos y otros oscuros.
Somos resilientes pero eso no significa que no carguemos a nuestras espaldas una mochila de miedos, traumas y bloqueos.
Si no somos conscientes de la carga que llevamos los repetiremos, los reviviremos para ser fieles a los que nos han precedido y después se la pasaremos a nuestros descendientes.
Seguiremos siendo víctimas de víctimas aunque podamos ser dueños de nuestra existencia si no decidimos cambiar y apostar por tomar nuevos caminos.
Está en nuestras manos romper la cadena de malos tratos y sufrimiento aunque nos suponga esfuerzo y pánico.
Podemos dejar de ser víctima de víctimas.
Esfuerzo porque hay que cambiar rutinas y costumbres cómodas y predecibles por unas nuevas.
Pánico porque avanzamos hacia algo desconocido, poco familiar, que no sabemos cómo va a salir.
Podemos analizar cuáles son los acontecimientos más traumáticos para dejar de repetir, para reparar los duelos que quedaron por hacer, para experimentar las emociones que quedaron soterradas.
Y podemos tomar decisiones valientes que nos lleven allá donde nos sintamos relajados, sensatos y satisfechos.
Es un reto alcanzable y si lo necesitas, puedo acompañarte a emprenderlo.
¿Has localizado a las víctimas de tu familia?
¿Quieres seguir siendo una víctima?
Fotografía: Pixabay
Creo que cuando nos hacemos conscientes de esas mochilas heredadas es cuando realmente podemos dar un paso al frente e ir cortando esos lazos que no nos pertenecen,esas lealtades familiares que solo nos llenan de culpa,victimismo,o cualquier patrón que no sea realmente nuestro.
Me gustan mucho tus artículos,siempre están llenos de datos interesantes y escritos en un lenguaje cercano y ameno!
Hola Alejandra,
A veces no es suficiente con darse cuenta, hay que hacer algo más, hay que pasar a la acción y hacer cambios.
Me alegro de que los posts te inspiren.
Saludos
En verdad identificarlo es el primer paso, atreverme a romper los lazos me ha resultado difícil; sigo acompañada de miedos y prejuicios, sin embardo estoy decidida y sigo en el proceso, creo que se necesita acompañamiento de expertos o de un consejero para cubrir esos espacios que de repente quedan en blanco y no sabemos a donde dirigirnos.
Hola Lourdes,
El acompañamiento casi siempre nos suele ir bien, simplemente porque lo nuestro nos es tan familiar que a veces nos resulta invisible y nos cuesta localizar. Además, nuestros hábitos y creencias son en el fondo útiles para ver la vida y para relacionarnos, útiles a pesar de que no nos gustan.
Un abrazo
Tenemos que aprender a desaprender, a forjar nuestras propias creencias y construir nuevas actitudes de vida, vamos arrastrando la historia familiar hasta con el nombre que llevamos, yo llevo el nombre de mi bisabuela quien padeció mucho, ahora me pregunto ¿hasta con los nombres arrastramos el legado familiar que llevamos impuesto? Tienes mucha razón cuando dices que nos toca a nosotros como generación presente cerrar ciclos generacionales que ni siquiera nos corresponden, y muchas veces somos víctimas de vísctimas porque vamos traspasando valores, crianzas, comportamientos, por eso digo que desaprender es importante para no repetir esos errores del pasado ni creer que la deuda emocional de nuestros padres nos corresponde, ni dejársela de herencia a nuestros hijos para que ellos repitan nuevamente la historia.
¡Muy buen post!
Hola Eliana,
Tienes razón, es importante desaprender.
Antes iría identificar, después comprender y luego desaprender lo que no nos sea útil ni nos haga felices.
Saludos
¡Hola, Mireia!
La verdad es que, para ser consciente de esos lazos, a mí me ha ido muy bien hacer Constelaciones familiares. Me parece que ahí se ven muy claras esas fidelidades con las que cargamos.
En mi caso, tras ver la mochila con la que cargaba, me ha servido concienciarme de que puedo ser diferente a mis familiares o a lo que ellos esperan de mí.
Gracias por la reflexión.
Un abrazo.
Hola Nuria,
Sí, se puede escoger un camino diferente al que otros han elegido para ti, es incómodo, con las constelaciones familiares es más fácil ver la situación familiar para poder cambiarla.
Un abrazo!