A todos nos pasa, en mayor o menor medida. No todas las personas nos caen bien, ni las vivas, ni las que ya han muerto.
Hay asuntos de nuestros familiares y antepasados que despreciamos, es más, pueden resultarnos repugnantes.
Tenemos manía a personas que nunca hemos conocido.
Nos llegan relatos a través del tiempo sobre familiares que nos afectan emocionalmente: que el bisabuelo dilapidó la fortuna familiar, que el tío abuelo era un borracho maltratador, que la abuela era pérfida embustera que hacía imposible la vida a los que les rodeaban, etc.
Nos dicen, nos cuentan, nosotros no estuvimos allí pero tenemos una opinión sobre lo que fueron ciertos familiares según lo siguen recordando y reviviendo las personas a las que queremos, por eso, me gustaría que reflexionaras sobre esta circunstancia escuchando a la soprano Ainhoa Arteta en el programa Todos los apellidos vascos.
“Yo con los Arteta tengo muy poco que ver y muy poco contacto y sé poquísimo de los Arteta. Se rompió toda la relación con los Arteta. Hubo algún problema de herencias, de tal, ya sabes… Siempre he visto a mi amá que ha tenido bastante rechazo con la zona Arteta. Pero bueno, yo soy Ainhoa Arteta y soy Ainhoa Arteta”.
Fíjate como la cantante titubea cuando expresa su rechazo por los antepasados que llevan su primer apellido: “Soy Arteta, obviamente, pero cuando alguien se porta así con… migo, bueno pues yo no me voy a quitar el apellido, pero…”.
Yo la comprendo, defiende la injusticia que se cometió contra los suyos: su padre y a su tío, pero ella en realidad no sabe bien lo que pasó, nos dice que fue un tema de dinero y codicia. Ella no fue la protagonista y aún así le afecta, le incomoda, incluso le subleva que hablen de ellos, dice que solo lo tolera por respeto a su padre.
Eso que le pasa a ella y al resto de mortales lo interpreto como una gran impotencia transgeneracional. Todos tenemos en nuestra historia familiar alguna. Si podemos ponerla en contexto y resolverla será mejor para ti y para todos, lograrás estar en paz con tu pasado. ¿De qué te sirve seguir enfadado?
¿Y tú de qué antepasado reniegas?
¿Por qué?
Fotografía: flickr.com/commons
Me ha gustado mucho este artículo. Yo también tataranieto de una oveja negra. Mi tatarabuelo murió en la cárcel y durante años se transmitió la historia de como perdió la hacienda familiar y cómo, supuestamente, le habían estafado unos socios.
Investigar su historia y contársela a mi familia a través del blog sirve para aliviar la impotencia transgeneracional, como dices… 🙂
https://atandocabosweb.wordpress.com/2016/05/03/el-desventurado-tatarabuelo-juan/
Daniel
PS. No te lo había dicho todavía pero me gustó mucho el curso electrónico de Genealogía para principiantes.
Hola Daniel,
Las ovejas negras de la familia son un clásico…
Me alegra saber que te gustó el curso y que le vas a sacar provecho.
Un abrazo!