Llevo investigando la historia familiar de Macarena Fernández desde hace meses. Es un placer trabajar para ella y poner luz a las sombras de su historia familiar.
Ella te explicará por qué me encargó este trabajo y qué le está aportando a nivel personal.
Muchas gracias a ti Macarena por compartir con el resto de tataranietos tu historia y por confiarme tu genealogía.
¿Qué me llevó a elaborar el árbol genealógico de mi familia?
¿Curiosidad?
¿Interés filantrópico por mi historia familiar?
¿Alguna inclinación hacia la heráldica?
En mi caso, una enfermedad, la esclerosis múltiple, está en el origen de todo esto que comenzó hace unos 10 meses.
La primera vez que contacté con Mireia por e-mail para solicitar un presupuesto, estaba decidida a emprender la búsqueda de mis ancestros en solitario. Hasta me fui al archivo de Almendralejo con mi marido para encontrarlos a todos, uno por uno, en solo cuatro horas ¡casi nada! ¡Qué incautos nos vuelve a veces la ignorancia!
En aquel momento me ofreció su ayuda; si necesitaba en mi cruzada investigadora orientación, formación y herramientas, siempre podía acudir a ella.
Y a ella volví, en tan solo un mes y medio. La actitud de una familia dispuesta a colaborar pero, “por favor, no molestes demasiado”, “Ahora no podemos atenderte”, “¡Uy, de eso no me acuerdo!”, “Tendría que hablar con tus tíos…”, “¡Ya veremos…”, “Si vas averiguando cosas ya nos contarás…”
El trabajo, los días de vacaciones que son limitados, la faena en casa y fuera de casa cuando tienes niños, tu marido que también demanda de ti su pequeña parcelita de tiempo, etc. fueron como una ducha de realidad: yo no podía hacer un trabajo que ya otros realizaban profesionalmente.
¿Por qué Mireia Nieto y no otra persona?
La página web de tataranietos me gustó mucho. Ofrecía mucha información sobre temas que van mucho más allá de la simple localización de nombres, apellidos, fechas de fallecimiento, defunción, casamiento.
Te mostraba la trascendencia y repercusión que tiene o podría tener en ti, y en tus propios hijos, esos mismos nombres y esas mismas fechas: Mireia también trabajaba el transgeneracional. Una página web muy completa que te muestra una radiografía de una persona con formación, muy activa, con muchas inquietudes y muy seria ¡Madre mía, qué seria! ¡Y nos pusimos en marcha!
En estos 10 meses de investigación, de intercambio de e-mails, de nuestra primera sesión de acompañamiento vía videoconferencia, de informes mensuales (gracias por compartir conmigo tus archivos, el resultado de tus averiguaciones y tantos documentos parroquiales (¡Cuídate mucho Mireia porque, en este trabajo, te dejas la vista y la paciencia!) vas poquito a poco, dándote cuenta de que te has metido en un viaje.
Un viaje que es una carrera de fondo, en la que vas encontrando a todos los que nunca conociste pero que, sin embargo, están presentes en ti. ¡Y en todos los que llegaron antes que tú! Y te vas empapando poco a poco de sus historias, sus tragedias, sus reivindicaciones, sus penas y el “pero qué mala suerte que he tenido”, “un muerto encima no, un cementerio entero es lo que tengo yo” se va transformando y empiezas a entenderles: vivieron como pudieron o creyeron que tenían que vivir dadas las circunstancias sociales, económicas y políticas de la época. Y va apareciendo la compasión y, no solo no te sientes tan víctima, sino que te das cuenta de que ahora eres un poquito más humana aunque gran parte de ello, se lo debo a Mireia.
No se me olvidará aquella vez que, hablando de una bisabuela materna mía, me refería a ella como “esta mujer”. “¡Macarena!”, me dijo Mireia, “¡Te sales del árbol, esta mujer tiene un nombre!”. Cierto, María Manuela Molina Díaz, fusilada por el régimen franquista y que, gracias al trabajo del árbol genealógico, volverá a estar presente junto con muchos otros que fueron ni buenos ni malos, ni mejores ni peores, ¡ESPECIALES! ¿Y qué es lo que les hace tan especiales si vivieron exactamente lo mismo que casi todo el mundo en su época? ELLOS SON MI FAMILIA y estoy aquí por ellos.
Respeto
Otra de las cosas que me voy a llevar de recuerdo de este viaje: aprender a respetarles tal como eran, me gusten o no, conociéndoles o sin haberles conocido, actuaran como actuasen. RESPETO.
“¡Esto ya va teniendo forma!” me dijo Mireia en uno de sus últimos e-mails. Lo sé. Lo veo en los archivos que me va enviando. Aún queda faena pero, ya se ha avanzado mucho en la investigación.
Mireia, muchas gracias por acompañarme en el viaje porque, al igual que yo me voy empapando de penas y emociones muy primarias de mis ancestros, estoy segura de que a ti también te está salpicando todo esto.
¿Y tú cómo te sientes investigando tu historia familiar?
¿Qué aprendes de tus hallazgos?
Fotografía: pexels.com
Muy interesante. Desde hace tiempo yo ven
Hola Mario,
Te has quedado a medias, espero que vuelvas a pasar por este post y me cuentes lo que querías.
Un abrazo!
Que interesante. Me encanta
Gracias!
Cuando pienso en lo que pensaba hace años sobre mi familia y por qué comencé a investigar todo lo que podía sobre ella, me doy cuenta de que he aprendido mucho en este camino y he cambiado mucho mi manera de ver las cosas.
Siempre hubo respeto, un gran respeto sobre lo que pudieron vivir y sobre cómo actuaron envueltos en sus circunstancias y en su época, pero también he aprendido a quererlos a través del tiempo y a sentirlos a todos como míos.
Pero lo que más me ha sorprendido es ver que esto nunca se acaba, que siempre hay algo por descubrir y esto me ha encantado, porque no solamente hay que buscar datos, nombres y fechas (que sí), sino que lo mejor de todo esto es andarse por las ramas y descubrir en ellas cosas que nunca habrías imaginado.
Agradezco mucho lo que leo en esta y otras páginas y esto me hace seguir con más ganas aprendiendo y encontrando sorpresas buenas y malas, que me hacen comprender muchas cosas sobre mi.
Gracias Mireia, sigue así.
Hola Victoria,
Comparto contigo tus reflexiones, en genealogía uno empieza con unos objetivos y acaba enredada en asuntos que nada tenían que ver con la motivación del principio, ¡mírame a mí!
¡Ah! Me alegro de que te guste mi trabajo.
¡Saludos!