Hace un año visité Belchite, no figuraba en mis planes, estaba de viaje genealógico buscando a mis antepasados turolenses pero hice un alto en el camino porque la historia de este lugar abandonado me despertó el interés. Entre 1937 y 1938 ocurrieron diversas batallas durísimas entre republicanos y sublevados que marcaron trágicamente el destino de este pueblo.
Cuando yo fui justo hacía muy poco que las visitas al lugar habían sido restringidas debido a las reuniones y actos vandálicos fascistas que regularmente padece Belchite Viejo. Por si no lo sabías hay dos Belchites: Belchite Nuevo que fue construido por prisioneros donde vive la gente en la actualidad y Belchite Viejo, el pueblo fantasma que Franco ordenó dejar tal cual como símbolo de su victoria y demostración de las barbaridades que decía que habían causado los rojos.
Lo que más me impresionó no fue tanto el lugar en sí, y eso que pasear por calles desiertas con edificios semiderruidos es triste, lo que de verdad me llamó la atención fue la guía, una mujer seria y responsable, que con sus explicaciones nos daba lecciones de Memoria Histórica simplemente contando los hechos tal y como ocurrieron y no es fácil pues la gente que viene a Belchite está muy posicionada políticamente en uno u otro bando y lo hace saber a los demás. Llegué a la conclusión que ni durante, ni después de la Guerra Civil fue fácil vivir a caballo entre dos pueblos y lo que es más, tampoco lo es ahora.
Sobre el pasado y presente de Belchite mi madre (sí, mi madre, no yo, que no me da tiempo de leer ficción) te recomienda la novela de Elena Moya, Los olivos de Belchite.
Por cierto, hubo en marcha un proyecto de crowfunding: Belchite: Huellas del pasado, un documental producido por alumnos del Instituto la Mercè.
¿Has estado en Belchite?
¿Qué te transmiten sus calles desiertas?
Fotografías: Enrique Domínguez
Imagen: sumadeletras.com
Buenos dias Mireia:
Cuando veo un pueblo abandonado y sus calles desiertas me produce tristeza. Saber que antaño había mucha vida y color, sus gentes. La mayoría de las ocasiones los pueblos son abandonados para buscar una vida mejor, un buen porvenir, ilusiones para poder avanzar en la vida.
Belchite es otra cosa. Sus imágenes de calles abandonadas significa tristeza pero unida al dolor. Son recuerdos de unas bocas enmudecidas, de unas libertades truncadas . Cuantas familias destrozadas, separadas por ideales, por imposiciones que por unas
manos asesinas mancharon de sangre a tantas familias.
Las Guerras , el querer imponer a la fuerza la sin-razón nunca trae nada bueno y ver esas calles de Belchite y tantos otros pueblos, solo pueden hacernos sentir el horror de una guerra. Muy triste pasear por esas calles y sobretodo el pensar que se dejaron así como escarmiento para el futuro. Amenazas, imposiciones que asesinan libertades y sueños que se rompen para el resto de la vida de unas familias que vivían en paz.
Un saludo,
Hortensia Soriano Limonge
Curioso: me suena el nombre del pueblo porque fue incluido en las Rutas de Terror de Espanya, un libro sobre eventos paranormales, homicidios historicos y leyendas publicado hace unos anyos. Quizas me equivoque, pero mirare de comprobarlo cuando vuelva a casa.
No te equivocas, es Belchite!