Desde el año 1999 los padres pueden consensuar el orden de los apellidos de sus vástagos y esta posibilidad provocó y sigue provocando quejas entre algunos colegas genealogistas.
¿Por qué escandalizarse en pleno siglo XXI por tener libertad para elegir el orden de los apellidos?
Y más teniendo en cuenta que hasta el siglo XIX no era costumbre en España usar dos apellidos (con el desarrollo de la ley del Registro Civil eso se convirtió en norma). Hasta entonces las personas llevaban el apellido o el número de apellidos que les parecía adecuado.
Esto de llevar primero el apellido del padre y luego el de la madre es tan relativamente reciente como pasado de moda porque no todos tenemos dos progenitores y además son de distinto género.
¿Y a quién puede molestar el apellido o el nombre que lleve a una persona mientras no sea de muy mal gusto?
Pues por ejemplo, al reconocido genealogista y heraldista Armand de Fluvià i Escorsa quien dijo en una entrevista que la medida le parecía una barbaridad porque…
“Hasta ahora había una seguridad fantástica de que todos los antepasados de la primera línea son hombres y los otros apellidos los ha llevado una mujer. Esto conllevará a que si todos cambian sus apellidos de aquí a 50 años nadie sabrá quiénes eran los bisabuelos. Si querían hacerlo de una manera más feminista podrían haber hecho lo de Portugal, el primer apellido es el de la madre y el segundo el del padre, que es el que siempre se perpetúa”.
Estas declaraciones son como poco desafortunadas.
No creo para nada que nuestra labor de investigación se vea dificultada porque ahora ya no podremos saber sí o sí que el primer apellido de una persona pertenece a su padre (que se lo digan a los expertos en genealogía de la Época Moderna que lidian con apellidos que aparecen y desaparecen).
¡Vaya investigadores de pacotilla seríamos si eso nos impidiera realizar nuestro trabajo!
Por ejemplo, en muchos países las mujeres pierden su apellido al casarse en favor del del marido, a algunos nos parece mal, sí, sobre todo a mujeres, pero no decimos que no se podrán hacer árboles genealógicos en esas regiones por eso.
Que cada familia haga lo que le venga en gana (si no hay acuerdo lo decidirá un funcionario), que cada individuo sea responsable de sus asuntos y si a mitad de su vida quiere que se cambie el orden de los apellidos. Se puede y quizás yo lo haga algún día, ¿por qué no?.
¡Cómo si quieren reinventarse los apellidos como en EE.UU. e Inglaterra que está de moda el name meshing! Un ejemplo: si el padre se apellida Ryan y la madre Pizer los hijos se podrían apellidar Ryzer.
La genealogía tiene que estar al servicio de la sociedad y no viceversa.
En el periódico inglés The Guardian también hablan de mujeres que deciden poner a sus hijos su apellido antes que el del padre: http://www.theguardian.com/lifeandstyle/2013/dec/28/why-shouldnt-children-have-mothers-surname
Mireia lindo tema y te cuento algo …haciendo mi historia familiar una ramita era de apellido Silva y luego de años una señora me dijo ¡¡¡sabés que somos parientas !!!y viendo su apellido le dije muy segura !!!!no , no creo , el mio es Silva y el suyo Silver (coincidian nombres, fechas y lugares de esta persona)…y me explicó que un dia vinieron sus tatarabuelos de Alemania al Uruguay y cuando el escribiente, quien debía llenar datos puso lo que escuchó,él escuchó en acento aleman Silva y así se cambió de Silver a Silva !!!!nunca mas lo arreglaron y los que vinieron después llevaron este otro apellido ,es bueno que esto se haya comentado de generación en generación para que al menos los descendientes cuando se interesen por la historia familiar sepan donde buscar no ??? 😉
La abuela del padre de mi tatarabuelo tenia por primer apellido el Ortiz y como segundo el Zarate, pero por alguna razón determino quitarse el Ortiz quedar solo con el Zarate.
Hola Jorge Antonio,
Hacer desaparecer apellidos es algo que nuestros antepasados podían hacer para identificarse.
Saludos