Como podrás suponer, el orden en genealogía es muy importante, diría más, es imprescindible.
Si no eres ordenado, puedes acabar volviéndote loco en poco tiempo. Cientos de familiares y antepasados que relacionar entre ellos y que no sabes cómo clasificar, más cientos de documentos de diferente tipología que acumularás de cualquier manera pueden colapsarte e incluso hacer que abandones la búsqueda.
No puedes descuidar el tema del orden prolongadamente porque llegará el día en que todo lo que ya tenías, más lo que vas recabando durante la investigación, te sobrepasará.
No soy Marie Kondo, no voy a proponerte que te quedes solo con 30 documentos que te produzcan felicidad (por cierto, me partí de risa con la broma de El Mundo Today de conservar solo 3 parientes en tu vida), pero reconozco que poner orden en tu genealogía no es algo que se deba relegar para cuando tengas 200 nombres y apellidos de familiares y una pila de documentos que invadan y cojan polvo en un rincón de tu casa.
Si eres ordenado desde el principio tu investigación irá mejor, pero si no lo has sido y ahora te has dado cuenta de tu diógenes genealógico, tranquilo, hay remedio.
Hay varios aspectos a tener en cuenta sobre el tema:
- El orden de los documentos
- En papel
- Digitales
- El orden de la propia investigación
Sobre el orden de los documentos
Conseguir muchas pruebas que documenten filiaciones y relaciones familiares, pero luego no ordenarlas, clasificarlas y describirlas es un error que cometen muchos aficionados a la genealogía.
Tu archivo personal “analógico” debería tener un sitio concreto en tu casa, en tu despacho, el desván, en el cuarto de los trastos, donde sea, pero un lugar definido en el que agrupar en cajas, carpetas, carpesanos y álbumes tus documentos en papel (certificados, copias de testamentos, recortes de periódicos, recordatorios de funerales, carnets, etc.), tus documentos audiovisuales (fotografías, cintas de SUPER8, VHS, cassette, etc.) y los objetos grandes y pequeños que tengan un valor sentimental familiar pero que no has colocado en un sitio significativo de tu hogar.
Tampoco debes olvidar que posees documentos digitales (imágenes de registros, noticias de hemerotecas y sobre todo fotografías y vídeos que acumulas en tu móvil y ordenador y que cualquier día vas a perder cuando se estropeen gracias a la obsolescencia programada.
Toma las riendas de tu pequeño archivo personal y establece tus propios criterios de clasificación siguiendo órdenes alfabéticos, cronólogicos, de procedencia y de materiales según convenga.
Por ejemplo, puedes ordenar por familias paterna y materna y luego por persona (apellido 1, apellido 2 y nombre), así cada familiar tendría una carpeta digital y en papel con sus documentos, aunque a lo mejor te resulta más práctico clasificar documentos según su procedencia, por ejemplo, puedes agrupar todos los certificados del Registro Civil en carpesanos específicos si ves que tienes muchos.
Las fotografías estaría bien que estuvieran ordenadas por épocas, mejor por años, y por momentos (a menos que formen parte de un álbum que tenga una lógica propia). Algunas requerirán un extra de cuidado, quizás una restauración de un profesional. En el caso de fotografías digitales, expurga, tira algunas desenfocadas o similiares a otras sin remordimientos.
Sobre el orden de la propia investigación
Saber qué hipótesis has probado y qué fuentes has consultado, cuáles has descartado y porqué, cuáles te quedan por probar es algo que no puede quedarse solo en tu cabeza, tienes que dejarlo por escrito, para ti y para quien le pueda resultar útil en un futuro. Si no haces eso, en un día, un mes o en un año ya no te acordarás bien de todo tu recorrido y volverás a probar las hipótesis ya descartadas perdiendo tu preciado tiempo.
Puedes tener libretas en las que tomes nota de todo esto, pero lo más práctico, lo que yo te recomiendo, es que vuelques todos los datos, documentos digitales y digitalizados en un software genealógico, como hay muchos en el mercado, hice esta clase en línea Softwares y plantaformas en línea para hacer tu árbol genealógico que te saca de dudas respecto cuál es el que más te conviene, puedes comprarla cuando quieras.
Quizás creas que no eres muy ducho con la tecnología, pero estos programas son intuitivos y te permitirán crear gráficos de ascendencia y descendencia con un click. ¡Hacer tu árbol genealógico a mano, en Word, Excel o Acces es una locura! Hay opciones gratuitas que son herramientas muy muy potentes.
Espero que estas ideas y consejos te sirvan de inspiración para mantener lo más ordenada posible tu genealogía.
¡Ánimo, que tú puedes!
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