“Desde que era un niña soñaba que podía volar. Me ponía sobre una pierna, miraba hacia el cielo con los brazos levantados hacia arriba, los dedos estirados hacia el sol, el viento se arremolinaba a mi alrededor y entonces me levantaba suavemente hacia arriba en el aire. Así es como me gustaba viajar. Así es como tuve la oportunidad de ver el mundo entero”.
Este post ha sido un artículo muy esperado, se lo llevo pidiendo a Enrique Domínguez desde hace meses, una historia preciosa de amor de un hijo por su madre, ¡que la disfrutes…!
Los lazos que nos unen a nuestros padres son para toda la vida, son relaciones complicadas, pero ¿qué relación no lo es? Llega un momento en el deambular por la vida que les pedimos explicaciones y otras veces se las damos nosotros.
Judith Marie Keenan nunca pudo cumplir su sueño de volar, pero éste persistió a pesar estar paralizada. En los momentos de lucidez describía el sueño de forma recurrente. Judith Marie crió a su hijo James en un hogar conservador donde se mezclaban espiritualidad, pero también intolerante y represión. Tras una serie de aneurismas que la dejaron incapacitada, James permaneció con su madre hasta que ella misma le convenció de que se fuese a vivir con su padre y llevar así su propia vida.
Maynard James Keenan, estudió arte y diseño y más adelante emprendió su carrera musical donde pudo canalizar sus sentimientos dolorosos como vocalista de grupos como Tool y A perfect circle, ambos proyectos han llegado a ser bandas de culto y consiguiendo gran éxito por igual. Sus complejas composiciones, su simbología y espiritualidad, se mezclan con la dureza y también en ocasiones con el humor.
Cantar el duelo
James posee una voz especial, sutil y potente, a veces es un canto al espíritu y otras veces pura energía visceral. En Judith plasmó toda la rabia contenida por el dolor, el sufrimiento de su madre y la religión que ella profesaba.
Tras el deceso de su madre le dedicó el disco 10,000 Days. Judith Marie sufrió 10.000 días hasta que falleció en 2003. Especialmente emotivas son Wings for Marie Part 1 y Part 2, en donde se confiesa y le rinde homenaje.
La tradición ancestral y el acto simbólico
James es un tipo polifacético, es cantante de rock, actor, cómico e incluso viticultor, pero de lo que no era consciente cuando cofundó las Bodegas Caduceus es que estaba continuando una tradición ancestral, su tío-abuelo y bisabuelos paternos cultivaban vino en el sudeste de Francia. Cuando supo de ello pudo entenderlo como una sincronía, y es que por mucho que nos digan que no, las casualidades no lo son tanto. Todo ello le sirvió para llevar a cabo el primero de una serie de vinos con los que homenajear a los suyos y cumplir el sueño imposible de su madre.
“Con lágrimas en los ojos, os presento el primer vino Caduceus 100% Arizona. Nagual del JUDITH, el nombre de mi difunta madre, Judith Marie, cuyas cenizas se extienden a través de esta viña del Norte de Arizona. Estas viñas y los vinos son su resurrección y sus alas”.
¿Crees que James habrá completado el duelo?
¿Cumplimos los deseos de nuestros padres?
Fotografías: m.fanpix.net y lastfm.es
Alas para una madre muerta.
Mireia sí que es una historia preciosa y gracias a Enrique Dominguez por este post.
Yo creo que cuando un hijo pierde a una madre nunca acaba de completar el duelo. Siempre queda algo detrás que crees que pudieras haber echo por ella, algo que la hubiera contentado y no hiciste. Uno siempre piensa que podía haber hecho más y no lo hizo. Pero James cada día le rinde un homenaje a su madre, y es que da igual la forma , es el hecho. Las cenizas de Judith que reposan en los viñedos y reviven en cada cosecha y las memorias que él vivió con ella, sus letras en las canciones, tantos detalles hacia ella.
James le a alas a su madre y ella vuela en los recuerdos de un hijo que la vio sufrir durante 10.000 días.
Una madre siempre pierde un poco las alas, y aunque no este físicamente paralizada dejas de ser tu misma para convertirte en lo prioritario, el ser madre. Y en ocasiones sueñas que quieres volar
pero hay algo en la tierra que te ata a ella y aunque extiendas los brazos y sientas que una brisa te empuja, hay una fuerza mayor que te llama desde el suelo y son los hijos. Por ellos “pierdes ” parte de ti misma y esa sensación es para toda la vida. Siempre las prioridades que muchas veces se unen a una educación estricta o a una religión.
Pero Judith alejo de ella a su hijo, le hizo volar y ella fue feliz de ver que su hijo si pudo hacer lo que ella deseaba, volar ! y que mejor alegría para una madre que ver que tu hijo despega y vuela por tí!
Gracias,
Hortensia
Todavía tengo la suerte de tener a mi madre viva, pero comparto plenamente lo que escribe Hortensia Soriano. Darles a nuestros hijos las alas para que vuelen aún a pesar de nuestros propios límites es lo que nos hace ser verdaderamente madres generosas..
Una madre es capaz de cualquier cosa por el amor hacia sus hijos-as. Es una historia muy hermosa y nos muestra esa conexión que existen entre madres e hijos-as. Incluso desde una situación de inmovilidad física, la madre sabe lo que su hijo necesita: “vivir”.
Hortensia, Alejandra y Mª Antonia, se me había pasado daros la réplica. Las madres son insondables y las relaciones materno-filiales son muy profundas. Dar alas para volar a nuestros hijos no es fácil si las tuyas están malheridas o nunca las has podido usar. Volveremos a hablar de maternidad en el blog, hay mucho por debatir y revisar sobre nuestras idealizadas maternidades. Ser madre es una tarea dura, a veces ingrata.
Hola, bonito artículo! Me puedes decir el texto del principio que está entrecomillado ¿de quien es?
Hola Marta,
La cita está extraída de la web dedicada a el Nagual de Judith https://vino.caduceus.org/JudithsCab/
Justo vengo de descargar canciones de “TOOL” y esta en especial, me rompe el corazón. El año pasado perdimos, por cáncer de mama, a una tía materna y fue doloroso. Sus hijas, mis primas, han sufrido mucho. Aún tengo a mis dos padres vivos. Tengo 34 años, no soy madre, soy estéril, estoy soltera y sin novio; pero veo estos ejemplos de amor y yo comprendo a este artista; mis padres son muy especiales para mí, a pesar de todos los errores que cometieron conmigo y sé que si ellos mueren antes que yo, sería sumamente doloroso. Pienso que es un duelo que te marca. Desde luego: “No hay mal que dure cien años, ni cuerpo lo resista”; pienso que este artista la honra con su vida y sus bienes y la recuerda con amor.
Gracias por tu aportación, Cindy. Las canciones de Tool son muy inspiradoras.