Todos guardamos recuerdos.
Algunos de ellos son inmateriales, tienen un lugar en nuestra cabeza y nuestro corazón.
Y otros ocupan en nuestros armarios, cajones y salones.
Ambos nos rodean pero solo podemos ver y tocar los segundos.
En el caso de María Soledad, una seguidora que contactó conmigo en Facebook para pedirme consejo acerca de los objetos de los antepasados que conserva en casa, estos recuerdos invaden su casa…
Mis saludos,
Quisiera saber su opinión, con respecto a un tema en especial que creo que usted me puede orientar: tengo pasión por la genealogía y he logrado muchísimo. Tengo material de mis antepasados en buena cantidad y no solo en cuanto al álbum genealógico sino también en fotografías enmarcadas en cuadros de muy buen tamaño a los que hago espacio en el lugar al que me he mudado hace solo 15 días.
El tema es el siguiente: mis familiares dicen que mucho de lo que se acontece en mi vida es porque vivo más en el mundo de los muertos que en el de los vivos. Me aconsejan guardar todo y limpiar los ambientes de tantas cosas viejas. Y la verdad son parte de mi vida. Sentarme con la genealogía es mi pasatiempo favorito. Usted entenderá el afán por ello.
He leído mucho sobre transferencias y contratransferencias de espíritus. Mi familia dice que hay muchos espíritus, mucha gente fallecida en mi entorno y lo ligan a episodios o fenómenos que me están ocurriendo. Claro que la creencia de lo que haya más allá de la muerte es propia de cada uno.
La verdad me apena sepultar todo en cajas. Si fuera tan así, no habría genealogistas, profesores de historia, arqueólogos, etc.
Le agradecería una respuesta ya que soy una seguidora de su página.
¡¡¡Mas lo que usted me diga, haré!!!
Muchas gracias
Hola María Soledad,
Gracias por confiar en mí. Yo te diré como veo lo que te pasa pero por favor, tenlo solo en cuenta, ya que no conozco la historia completa y tampoco poseo una verdad absoluta que revelarte.
Te doy la razón cuando dices que si las personas tiraran todos los objetos y documentos de sus antepasados los historiadores y genealogistas tendríamos más difícil para hacer nuestro trabajo.
Todos tenemos un archivo personal y familiar que valorar, cuidar y ordenar y eso también significa saber qué conservar, qué donar y qué tirar. Mucha gente no es consciente de que es poseedora de un archivo, precisamente hablé de ello en mi la sección El rincón de la genealogía en el tercer programa de la segunda temporada de El archivo secreto.
Una casa no es un museo
Soy partidaria de estudiar todo lo que nos llegue a las manos de nuestros antepasados pero no de guardarlo todo, todo. Analizarlo no te obliga a conservarlo si…
- No te aporta nada interesante
- No te gusta
- No te cabe en casa
En realidad, solo tendrías que quedarte con aquellos objetos del pasado que te transmitan buena energía, al estilo del libro La magia del orden de Marie Kondo.
Si los cuadros, muebles, cuadros, fotografías, vestidos y joyas de tus antepasados no te dan alegría puedes guardarlos en un trastero, si es que tienes ese espacio en tu casa, regalarlos a otro familiar que tenga más interés en ellos, donarlos a alguna institución o venderlos a coleccionistas.
¿Y qué pasa cuándo te gusta todo y tienes espacio para todo…?
Como es tu caso María Soledad… ¡Tú no tirarías nada! A pesar de que tu pasado familiar parece que ha invadido de tu casa y se ha apoderado de tu presente y de ti.
De transferencias y contratransferencias de espíritus sé poca cosa, lo mío son las herencias emocionales y en tu caso intuyo que tanta presencia de pasado no te está sentando bien. He creído entender además que has tenido alguna experiencia paranormal en tu hogar y me ha venido a la memoria Los otros, la primera película de Alejandro Amenábar (no haré spoilers)…
Supongo que el ambiente no está tan enrarecido como en este film pero entonces, ¿en tu casa ocurren cosas raras o eres tú la que te sientes rara?
Yo no te puedo decir que tires nada pero si lo que ves a diario no te inspira bienestar debes replantearte la decoración de tu hogar porque lo verdaderamente importante es que tú estés cómoda en tu propia casa, no rendir un homenaje cotidiano a los miembros de tu genealogía.
¿Qué objetos de antepasados guardas en tu casa?
¿Qué te transmiten?
Imagen: flickr.com/commons
Me ha gustado mucho tu perspectiva del asunto, Mireia. Todo este artículo me ha recordado dos objetos que guardé de mi abuela. En primer lugar, la colonia, que terminé deshaciéndome de ella porque, cuando me la ponía, el día me salía torcido. En segundo lugar, un collar precioso de azabaches que sí guardo en una cajita, pero que no me gusta ponerme.
Hola Núria,
Objetos de mis muertos y antepasados no tengo, solo documentos, especialmente fotos, las fotos siempre hacen touché a mi corazón pero no las tengo a la vista.
Un abrazo!
Hola!
Me gusta que hayas sacado el libro de Marie Kondo a relucir. Lo estoy leyendo y quedé un poco despavorida cuando leí sobre tirar fotos y demás cosas de antepasados. Hay cosas (maritatas las llamo yo) que sí he tirado, pero soy incapaz de hacerlo con fotos, o documentos de su puño y letra… Los tengo guardados, y no los miro, pero soy incapaz de deshacerme de ellos: Muchos son documentos que hacen referencia a la actividad laboral que desempeñaban, pero… en alguna ocasión los he leído y descubierto aspectos de la personalidad de mis abuelos que yo desconocía. Si los hubiese tirado, me habría perdido esa parte de su vida, matices sobre su forma de pensar y actuar que me han servido para conocerles mejor, y quererles más.
Un saludo
Ainhoa
Hola Ainhoa,
No soy partidaria de tirar por tirar. Los documentos de los que tú hablas sí dan alegrías, porque estos papeles viejos ayudan a entender mejor la vida de los miembros de nuestra familia aunque imagínate que fueran demasiados papeles para conservar en tu casa, por mucho que te ayuden a conectar con ellos, no pueden ocupar tanto espacio. Siempre hay alguna solución que a lo mejor no pasa por tirar, sino por donar a algún archivo.
Saludos
Hola Mireia! En mi caso guardo muchas de las fotos que tomaba mi abuelo y me dan súper buena vibra. Incluso la de un hermano de mi madre que murió con 10 años y cuyas fotos “desaparecieron” durante cincuenta. A mí me gusta ver a ese niño junto con las fotos del resto de la familia (están en una pared del salon), porque tengo la sensación de haberle devuelto su lugar, el que le corresponde y de reconocerle como tío aunque no lo haya conocido. También guardo parte de las cenizas de mi abuela. Las guardo desde hace diez años, al principio me las traje a España desde Venezuela con la idea de llevarla a La Palma, de donde eran sus padres, pero aquí siguen en casa. Las tengo en la biblioteca, junto a mis libros, un sitio que le gustaría porque era una gran lectora. De vez en cuando tomo la caja y la acaricio y pienso en ella con alegría porque fue una mujer maravillosa, muy adelantada para su época. Soy agnóstica y sé que ya no está, ni en el cielo, ni en otro plano, ni su alma, pero veo la caja y la siento un poco cerca. Un saludo 🙂
Hola Ximena,
Los objetos, las fotos, los muebles son símbolos que nos sirven para sentir cerca aquellos que ya no están vivos. Mientas no te causen malestar o te evadan de la realidad permanentemente, estarás bien acompañada por ellos.
Un abrazo
Hola, un consulta, iba a reutilizar la lana del colchón de mis abuelos, a mi abuela la conocí pero no a mi abuelo que murió antes de yo nacer, estoy pensando si es realmente buena idea hacerlo ya que la cama es algo muy íntimo…..
Hola Raquel,
Estoy a favor de reusar y reutilizar, si la lana está en buenas condiciones, ¿por qué no?
Ahora si a ti te da reparo, no lo hagas.
Al final los actos no son lo que son, sino el significado que le demos.
Saludos