La parábola del hijo pródigo recogida en la Biblia y contada por Jesús de Nazaret es bastante conocida por todos. En ella se explica como un padre acoge con un festejo a su hijo menor que regresa a casa después de haber dilapidado la herencia que solicitó mientras su hermano mayor continuaba trabajando al lado de su padre sin recibir nunca un gesto semejante.
Esta parábola quiere convencernos de la necesidad de perdonar, de ser misericordiosos con los pecadores, pero como casi todo en esta vida, tiene un lado oscuro, también nos habla de la injusticia, de la falta de reconocimiento, puesto que uno de los hijos sacrifica parte de su vida a los intereses de su padre sin recibir nada a cambio mientras que el otro exige su herencia legítima por adelantado y cuando vuelve arrepentido es agasajado con la parte que le corresponde a él.
Me consta que esta situación es universal, ¡vamos, que los hijos pródigos han existido y existen en muchas familias!
En la película El hijo pródigo (A long way off) dirigida por Michael Davis y John Errington en 2014 vemos como la parábola se adapta perfectamente a los nuevos tiempos.
Para el hijo egoísta que vuelve al hogar derrotado es genial recibir el calor (y más patrimonio) de sus padres, pero para el o los hermanos que permanecen en las duras y las maduras al lado de sus padres es una ofensa que no se les reconozca su lealtad.
¿Por qué un hijo cae en gracia y otro es un desgraciado?
Primero, porque los padres no quieren a sus hijos por igual, cada hijo significa algo diferente para cada padre, eso es importante tenerlo claro.
Los hijos fieles se acaban sintiendo mal tratados y se preguntan por qué su hermano que se ha metido en todo tipo de problemas (drogas, robos, peleas…) es el preferido de los padres. En estos casos estudiar el árbol genealógico puede dar las respuestas que no encontramos por nosotros mismos.
Quizás la familia proyecte un muerto en el hermano preferido o puede que los mismos padres se sienten representados por él y por eso es tratado como a la persona que sustituye simbólicamente o es considerado un futuro repuesto. El extra de atenciones puede estar relacionado con algún duelo pendiente de procesar de los padres o con una proyección.
Este hermano puede ser libre porque otros cumplen con las obligaciones más penosas.
Quizás el primogénito haya sido obediente y haya cumplido con creces con todos los requerimientos de sus padres sin cuestionarse si lo que le indicaban estaba alineado con su manera de ser, valores y talentos. Y pasado los años no recibe ningún reconocimiento por los sacrificios que han permitido a otros hermanos hacer lo que ellos sí deseaban.
Quizás el hermano patito feo, seguramente hermana y seguramente la pequeña y soltera, no se mueve del lado de sus padres porque ha sido criada y educada con el fin único de cuidar a sus padres, como un “bastón de la vejez”. Una hija que ha renunciado a vivir su propia vida para estar al servicio de sus progenitores.
Si pudiéramos ver con la máxima objetividad posible qué representa cada hijo para cada padre, podríamos poner luz a este tipo de relaciones que parecen tan incomprensibles en un principio.
Comprenderlas sí que lleva a poder perdonarlas.
¡Ah! Hablando de perdón, entre hijos y padres, no te pierdas la clase en línea Hacer las paces con los padres en la que hablo de conflictos con los padres y la forma de resolverlos para estar en paz con nuestros progenitores.
Hola Mireia,
Yo no se si soy el hijo pródigo porqué mal no me he portado en mi vida con mis padres, todo lo contrario. Soy el cuarto de cinco hermanos, y soy el único que decidió estudiar, situación complicada en mi familia, porqué mis padres no querían que estudiáramos, preferían que trabajáramos. Trabajé y estudié desde los trece años hasta que acabé la carrera de historia. Siempre ha estado claro que soy el favorito de mi madre, esas cosas se ven, se notan. De mi padre, hasta que no acabé la carrera y posteriormente me dediqué a lo que el quería (policía), no se le empezó a notar, pero a día de hoy también se palpa que soy su favorito. De hecho, yo nunca hice nada consciente y orientado a que esto fuera así. Ocurre que siempre he sido muy respetuoso con mis padres, nunca les alce la voz (bueno a mi padre sí, pero la adolescencia es lo que tiene) y siempre he sabido disculparme y pedir perdón, ya que creo que pedir perdón de corazón siempre tiene sus recompensas. Al mismo tiempo, siempre soy el que tiene que acudir a solucionar los problemas familiares cuando estos aparecen y es que de hecho, del primero que se acuerda mi madre es de mi.
Pues bien, esta situación, en los últimos tiempos ha comportado que dos de mis hermanas se lleguen a molestar conmigo, dejándome incluso de hablar una de ellas. No manifiestan tener envidia, pero su actitud es reveladora y me llaman a mi egoísta. Son dos personas que, que prefieren gastar lo que tienen en ocio y si dejan de pagar el alquiler ya saldrá el sol por Antequera. Esto último te lo comento para que veas la disparidad de caracteres, ya que yo soy todo lo contrario, hormiguita trabajadora y prudente. Esto redunda en una situación económica para mis padres, porqué les ayudamos a pagar el alquiler, por su mala situación económica, pero al final, de los cinco hermanos solo acabamos pagando dos.
Y tú te preguntarás, todo este rollo para qué me lo explica. Dos son las cuestiones que te planteo a raíz de este mi caso muy sucintamente explicado: uno al igual que haces un clase donde explicas como hacer las paces con los padres, hay soluciones para hacer las paces con los hermanos, aunque lo haya intentado varias veces ya? Porqué te revelo que uno acaba cansándose a pesar de tener un máster en paciencia y comunicación; y dos, dirías que el paradigma de hijo prodigo se corresponde con mi caso, o ves otro tipo de figura familiar.
Muchas gracias por leerme y por el trabajo que haces. Es, cuanto menos, encomiable.
Un saludo Cordial.
Jordi
Hola Jordi,
Gracias por compartir tu situación. Tu caso no es como el de la parábola del hijo pródigo, más bien habla de cómo tú te esfuerzas por ser un buen hijo, un gran hijo, contentando a tus padres y cuidándolos. Has asumido estos roles por alguna razón (analizando tu árbol podría ver el porqué).
Se puede hacer la paces con los padres y con los hermanos, por supuesto, el primer paso es entender la situación familiar que se ha mantenido en el tiempo.
Saludos
Hola Jordi, soy todavía principiante en este mundo de la genealogía, pero a mi edad (50 y tantos) y después de muchas idas y venidas preguntándome por qués irresolubles, incluso con ayudas de la psicología y otras andanzas, estoy encontrando las respuestas en mis ancestros, de los cuales hasta hace 3 meses sabía bien poca cosa. Con la ayuda del libro de Mireia empecé a descubrirlos, hasta el punto que conocerlos en su entorno, circunstancias, algunas de sus vivencias, … me ha despertado una inquietud casi adolescente. Después, con la lectura experta y el soporte de Mireia respecto de mis descubrimientos, hecha en uno de sus talleres, pasa ahora que mis antepasados no sólo me dan respuestas vivas sinó que los he incorporado a mi presente como si me estuvuieran esperando al llegar a casa, y ahora mismo no podría prescindir de ninguno. En nuestro “yo” interior el tiempo no existe !!. En mi caso, como digo, he ido descubriendo la mayor parte de las piezas del puzzle siguiendo las pistas del puzzle, y Mireia las ha coordinado de manera que me he visto reflejada en el resultado; así, sin más. Y ahora quiero seguir averiguando cosas de todos ellos, porque está claro que su resultado, soy yo. Así que yo te diría, bucea en tus ancestros y seguro que encontrarás también respuestas que probablemente ni te imaginas.
Hola Esther,
Gracias por tus palabras. Me siento muy feliz de que hayas conocido mi visión de la genealogía, de que hayas conectado, de que te sirva y por supuesto, de acompañarte a profundizar en este maravilloso camino de autodescubrimiento.
Te envío un gran abrazo
Hola. Muchas gracias. La verdad algunos nos pasa y no solo con hermanos, sino con también hijos de los mismo.
Mis padres aunque se muestran muy justos, siempre que estan presentes mi sobrina mayor y su madre, dicen que por evitar mejor no lleguemos nosotros a visitarlos que ellos nos avisan. Lo dolorosos esque ellos no hacen nada y nos hemos visto en problemas hasta legales debido a esto. Sin personas que llevan vidas desordenadas y uno que trata de ser buen hijo y tener una familia estable, es el que le toca hacerse a un lado. Yo tome la decisión de alejarme por completo. Porque si bien mis padres no son los que causan el problema, son los que lo permiten, y minimizan al resto de hijos. No me parece justo. Pero trato de entenderlo.
Hola Michael:
En muchas familias se dan dinámicas relacionales extrañas, complejas.
A veces no está en nuestras manos cambiarlas, eso duele, lo único que podemos hacer es comprenderlas.
Un abrazo
buenas te pido tu opinión sobre la madre del hijo prodigo donde estaba? ¿que fue de ella? ¿porque nunca aparece? etc.
Es un relato sobre el patriarcado. La relación entre padres e hijos, supongo