Pablo Briand es un colega de profesión brillante y generoso que tiene un canal genealógico y dos webs: una personal (que actualmente ya no está disponible) y otra dedicada a la genealogía francesa que te recomiendo visitar.
Hace unos días me escribió a raíz de mi post ¡Todos somos tataranietos! contándome que había escrito un libro sobre uno de sus tatarabuelos. Pablo me contaba que era una deuda que tenía con su tatarabuelo materno, Agustín Andrés Franco de Medinaceli, un personaje ilustre de la literatura y la política mexicana, un personaje interesante, olvidado por los historiadores.
En este texto nos cuenta qué le motivó a hacerlo y qué ha aprendido de él por el camino…
¿Se han imaginado alguna vez lo que sentirían si al abrir una pequeña puerta comenzase a estallar una tormenta de nombres, fechas, fotos, personas, parientes… una familia entera?
¿Se han imaginado alguna vez que han estado comiendo solos, en una mesa vacía, y de repente se les llena de gente, con gestos, voces, risas, historias y afectos familiares?
Pues bien, todo eso y un poco más es lo que me pasó a mí, no hace mucho.
Mi pobre madre no llegó a conocer a su padre –él desapareció cuando ella tenía un año y medio- y, por supuesto, ella se pasó toda su vida buscándolo.
No hay ninguna ley que te obligue a pagar las deudas espirituales de la familia, pero hay algo peor: que tú sientas que tienes que hacerlo.
Entonces, me convertí en genealogista, y encontré cerca de 15 generaciones pasadas de mi línea paterna. No sólo eso, sino que obtuve un primer Premio Milagro Llorens, de Hispagen, por mi sitio web de genealogía familiar. Pero de la familia de mi madre, nada.
Nada de nada.
Hasta que un día…
Bueno, quiero explicarles que esto es genealogía, y así es como funciona: te mataste buscando, no encontraste nada, y abandonas. Te das finalmente por vencido. Pero eso que buscabas, jamás se borrará de tu mente. Seguirá ahí, inconscientemente, siempre alerta, como un ahogado grito de Munch.
Hasta que un día encontré, por casualidad, una familia viviendo en Argentina, cerca de Mar del Plata, con el mismo apellido de mi madre, que no es nada común. Y encontré a mi abuelo materno, o mejor dicho, otros de sus descendientes, pues él ya había fallecido. Pude reconstruir toda su historia. Casi completa.
¿Y creen ustedes que terminó todo ahí?
Pues no, ahí empezó lo más interesante.
El apellido materno de mi abuelo era Franco Medinaceli.
Comencé a buscar gente con ese apellido. Encontré a María Pía, una prima segunda en Pamplona; una vasca francesa, casada con un vasco español. Ella había escrito un bonito libro contando la historia de su familia.
Adicionalmente, descubrí más primos en Bariloche, Argentina, y en Francia. Y allí conocí al ancestro común, al tatarabuelo, un mexicano llamado Agustín Andrés Franco de Medinaceli.
Como siempre creí ser un buen tataranieto, me interesé por él. Nadie, absolutamente nadie, en la familia, conocía detalles de su nacimiento ni de su muerte. Solo tenían su partida de matrimonio en Roma, en 1857, siendo él primer secretario de la Legación Mexicana ante la Santa Sede, Y eso era todo.
Por supuesto, encendí los motores, arranqué con toda la fuerza, y empecé a buscar. Casi sin pensarlo, impulsivamente. No sé si sin prisa, pero seguro sin pausa.
Contacté a la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, a gente en España, Francia y Argentina. Una búsqueda intensa en cuatro países. Y descubrí un personaje olvidado en la historia: un abogado, poeta, escritor y periodista, fundador de un diario, La Nueva Voz, en México; un hábil diplomático que detuvo una invasión de potencias extranjeras cuando México no pagaba su deuda externa; un romántico apasionado, que en su juventud había sido novio de una futura primera dama de México, y ella lo contaba en sus memorias.
Parecía que se había abierto el cráter de un volcán, y la información no paraba de salir, como lava ardiente, acariciando las nubes y derramándose sobre todos. No sólo encontré a un tatarabuelo olvidado, a un personaje político destacado, y a un intelectual ilustre en México; también encontré al ser humano, a ese soñador vibrante que vivía con todo su amor, risas, sudor y lágrimas.
Como dato curioso, era cojo, le faltaba media pierna y caminaba con una muleta, a raíz de un accidente que había sufrido muy joven. Su trastataranieta, Nacha, es corredora olímpica, y tiene varios premios. ¿Existirá una memoria genética que se encarga de balancear los hechos y el destino de esos genes que pasan de un ser a otro a través del tiempo?
En el silencio de mi habitación, imagino que le digo a mi madre que ya cumplí con ella.
Ella ya no está, y supongo que no puede escucharme.
También le hablo a las futuras generaciones, que tampoco están, y tampoco pueden escucharme.
Pero algún día van a estar.
Y van a encontrar todo esto, que queda para ellos.
Me parece muy interesante. Yo también estoy escribiendo la historia de mi Pentabuelo Don Leonardo Sanzo Cervantes, que luchó en la Guerra de la Independencia contra Napoleón y después trabajó como Administrador de los bienes y rentas de una propiedad del Duque de Osuna. Creo que tuvo una vida que merece ser contada.
Me encantan estas historia!!! Todos tenemos ese ancestro que nos hace ver nuestra suerte, pero una vez que se cae esa “brick wall” suceden los milagros. Ya quiero leer su trabajo completo!
Hola Ruby,
Me alegro de que el artículo de Pablo te haya gustado, además el ha sido tan generoso que ha colgado su libro de forma gratuita en Internet, así que podrás conocer toda la historia.
Saludos
ESTIMADA MIREIA:
SOY MARÍA DEL PILAR IRACHETA CENECORTA, HISTORIADORA MEXICANA, ESTOY ESCRIBIENDO UN LIBRO SOBRE LA OCUPACIÓN ESTADOUNIDENSE DE TOLUCA EN 1848 EN EL MARCO DE LA GUERRA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS (1846-1848), EN EL CURSO DE MI INVESTIGACIÓN ME ENCONTRÉ EL NOMBRE DE ANDRÉS AGUSTÍN FRANCO DE MEDINACELI, SÍNDICO DEL AYUNTAMIENTO DE TOLUCA EN 1848, QUIEN, POR SU DOMINIO DEL INGLÉS FUE EL INTÉRPRETE Y ENLACE ENTRE EL AYUNTAMIENTO Y EL GENERAL OCUPANTE GEORGES CADWALLADER. ENCONTRÉ EL BLOG DE PABLO BRIAND SOBRE FRANCO QUE CONTIENE DADOS VALIOSÍSIMOS SOBRE ESTE PERSONAJE, PERO AHORA YA NO PUEDO ACCEDER AL BLOG, ME URGE PORQUE NECESITO OTROS DATOS. TE PIDO POR FAVOR SI ME INDICAS CÓMO PUEDO ACCEDER AL BLOG Y QUÉ REQUISITOS HAY QUE CUBRIR, GRACIAS DE ANTEMANO, SALUDOS DESDE MEXICO.
Hola María del Pilar,
Algunos recursos, textos y trabajos que Pablo Briand compartió en Internet han desaparecido.
Tendrías que contactar con sus descendientes para saber si pueden ayudarte facilitándotelos.
Saludos
HOLA , SI NECESITAN ALGUNA INFORMACION SOBRE AGUSTIN, PUEDO AMPLIARCELAS ,CON MUCHO GUSTO
HOLA ALEJANDRO:
SOY MARÍA DEL PILAR IRACHETA CENECORTA HISETORIADORA MEXICANA, TENGO LA BRIOGRAFÍA DE ANDRÉS AGUSTÍN FRANCO GRACIAS A LA GENEROSIDAD DE SU HIJA LA DRA STEFANÍA BRIAND, PERO SI USTED TIENE MÁS DATOS SOBRE EL PERSONAJE MUCHO LE AGRACEDERÉ SU AYUDA, SALUDOS DESDE MEXICO.
La historia que narra Pablo me llegó al corazón. He vivido y sigo viviendo lo mismo con la rama de mi bisabuelo paterno. Lo intento por un lado, lo intento por otro y no aparece nada. Hay un halo de misterio alrededor de esos antepasados. A veces quiero “tirar la toalla” pero sigo investigando. Confío en que algún día descubriré una pieza que me permita que se haga la luz en esa parte de mi árbol genealógico. Sólo el tiempo lo dirá …
Hola Ana Catalina:
Espero que obtengas las respuestas que buscas muy pronto.
Saludos