Ese es mi lema: Todos somos tataranietos
¡Todos!
Todos somos tataranietos pero no podemos asegurar que todos llegaremos a ser tatarabuelos (tenemos pocas posibilidades de serlo en vida aunque no es imposible y una vez muertos, vete tú a saber cuántas generaciones nos sobrevivirán…).
Todos somos tataranietos y eso debería importarnos al igual que nos importa ser hijos, nietos y bisnietos.
De hecho, somos más tataranietos de lo que pensamos y es una lástima no saber quiénes son nuestros tatarabuelos.
Quien más, quien menos es consciente de que estamos marcados por lo que hicieron nuestros padres, abuelos y bisabuelos pero apenas prestamos atención a nuestros tatarabuelos, los abuelos de nuestros abuelos, muertos que no son ancestros, son nuestros antepasados más cercanos, tenemos mucho en común con ellos, así que deberían tener más presencia en nuestros árboles genealógicos.
Brenda White Bull es un ejemplo de tataranieta consciente, una exmilitar de la marina norteamericana comprometida con su genealogía, su tierra, la madre tierra y el agua de la vida. Ella se siente muy honrada de ser tataranieta de Toro Sentado (Sitting Bull) y de dar continuidad a su mensaje. En este vídeo lo cuenta…
Otro ejemplo: Magallanes Randal Keynes, tataranieto de Charles Darwin sigue los pasos del famoso biólogo de forma y voluntaria, lo mismo que otros descendientes.
Podemos seguir el camino de un tatarabuelo sin saberlo, podemos estar ligado a uno de ellos como el protagonista de la película Coco repitiendo parte de su historia o reparándola simbólicamente como en el caso de Margot Madrid, tataranieta del bandolero Jaime Alfonso “El Barbudo” que es funcionaria en Hacienda.
Los tataranietos de Victor Hugo defienden sus derechos de autor, la tataranieta de la emperatriz Sissi vive su particular cuento de hadas, todos ellos saben cuál es su identidad, si siguen sus pasos es para rendir un homenaje a sus tatarabuelos más famosos no para seguir sus pasos ciegamente.
Espero que encuentres a los tuyos y te rindas ante la evidencia, ¡sí, eres un tataranieto, no eres un tararanieto, ni un tararinieto, ni un teteranieto, ni un titirinieto, ni un totoronieto, ni un tururunieto, y además formas parte de una comunidad que lleva este nombre!
¿Te sientes un tataranieto?
¿Crees que llegarás a ser tatarabuelo?
Fotografía: pexels.com
Qué buena entrada. Soy tataranieta por mi genealogía y por tu blog! Y no seré ni madre, ni abuela, ni bisabuela, ni tatarabuela al no tener descendencia. Mi ramita se acaba en mí.
Gracias María Araceli. Me alegro de que te hayan inspirado mis reflexiones. Un abrazo