Los aficionados a la genealogía y los genealogistas no somos santos, pecamos, pecamos tanto o más que el resto de mortales, en nuestra vida privada y en nuestra afición o profesión.
Si te sientes especialmente identificado con algún pecado genealógico o has vivido en primera persona alguno, házmelo saber en los comentarios.
Avaricia
Es nuestra historia familiar pero también es la de otros.
Puede que creamos que nuestros antepasados nos pertenecen, y no, no somos dueños de nuestros ascendientes, ni tampoco de nuestros descendientes y parejas…
Las cosas pueden ser tuyas, las personas no.
Pereza
Copiar está mal y mucho más si no pides permiso.
¿De qué sirve calcar la genealogía de otro aficionado sin hablar primero con él para ver qué tipo de fuentes fiables ha consultado?
Luego esa persona se encuentra su árbol clonado en otro rincón de Internet, y además con errores, y se enfada con toda la razón del mundo.
tataranietos, no seáis vagos y haced el trabajo que os pertoca.
Gula
Cada cosa a su tiempo.
No quieras llegar siete generaciones atrás en el tiempo en una tarde.
No pretendas recabar todos los datos de tus antepasados de una sentada.
Un árbol genealógico no se hace en siete días (ni siendo sinceros, en siete años).
Definitivamente el árbol genealógico no es para gente con ansia viva.
Envidia
Hay un determinado sector de aficionados que desprecian a los profesionales de la genealogía. Creen que todos deberíamos trabajar gratis simplemente porque la genealogía es su hobby.
Para mí hay un componente muy importante de celos en estos arranques, ya que algunos de ellos les gustaría emprender la aventura de convertirse en genealogistas, pero como pagar la cuota de autónomos y los impuestos de IVA, IRPF, etc. cuesta muchos euros, no lo hacen (o bien trabajan en negro).
Ira
La genealogía requiere paciencia, muchas dosis de paciencia, para conservar la calma cuando ese párroco, funcionario o archivero no nos hace caso o nos quiere colar una trola.
Sí, los investigadores somos gente calmada hasta que nos tocan la moral.
Es normal que nos enfademos un poquito, solo un poquito, si el archivo que nos interesa consultar solo abre cada año bisiesto o si nos mentan la ley de protección de datos cuando pedimos un documento del año 1680.
Lujuria
¿Cuántas personas tienes en tu árbol genealógico?
¿100, 500, 1000, 5000?
¿Y cuántas quieres tener?
Más, ¿verdad?
Los aficionados a la genealogía siempre queremos llegar más y más lejos.
Hay que hacer crecer una genealogía a lo largo y a lo ancho pero no a toda costa. No hace falta que te emparentes a lo loco con todo el que pilles.
Tenemos tendencia a mostrar que la tenemos más larga, pese a que no por conseguir incluir, con calzador muchas veces, a más y más personas muertas en el árbol genealógico, este va a ser mejor. En algún momento hay que parar el desenfreno.
Soberbia
Hay personas que saben mucho de genealogías, son unas eruditas, no hay discusión.
Yo no soy una de ellas aunque, bueno, creo que sé de lo mío, de hecho he podido escribir un libro de 228 páginas sobre cómo hacer un árbol genealógico y me ha quedado bastante bien. 🙂
A pesar de llevar tres años escribiendo un blog y de haber publicado dos libros, recibo consejos de principiante de genealogía de personas que asisten a mis talleres y que creen que saben más que yo.
Y no me refiero a que me cuenten anécdotas o asuntos familiares porque precisamente con esas historias íntimas aprendo mucho. Lo que me sienta un poco regular es que algunos tienen la necesidad de explicarme precisamente lo que he venido a contar: qué datos puedo encontrar en una partida de nacimiento o cómo tengo que buscar en un archivo parroquial. Normalmente suelen hacérmelo hombres… Queridos, eso tiene un nombre: mansplaining.
Para acabar podría sumar a la lista de pecados uno que me duele especialmente…
Ingratitud
Durante todos estos años he ayudado desinteresadamente a muchas personas, un tanto por ciento elevado de ellas no me ha dado ni las gracias por los consejos o los recursos que he facilitado gratis.
tataranietos, no cuesta nada ser amables y agradecer el tiempo que otras personas nos dedican sin conocernos de nada.
En fin… Yo no estoy exenta de cometer pecados genealógicos, lo sé, así que espero que me los sepas perdonar cuando caiga en ellos. Yo lo hago muy a menudo con mis semejantes, ¡qué remedio!
¿Cuál es tu preferido?
¿Cuál es el más generalizado?
Imagen: flickr.com/commons
Hola Mireia,
¿Cómo estás? Yo quisiera darte las gracias de todo lo que haces por todas esas personas que nos interesa tu trabajo profesional, y dejarte saber que he podido encontrar muchísimas cosas de la familia gracias a tus explicaciones, a mí me encanta poder leer Tataranietos.
Ahora no puedo, pero yo tengo en mente que un día de estos te voy a pedir papeles, pues me esta siendo difícil encontrar algunas cosas. En octubre estaré en Barcelona por un mes completo y espero tener la suerte que hagas algún taller.
Gracias
Mariona.
Hola Mariona,
Me alegro de que te resulte útil la información que comparto. Si necesitas que te eche una mano con la investigación, ya sabes donde encontrarme. Si organizo un taller presencial en octubre lo anunciaré con tiempo para que puedas venir.
Un abrazo
Gracias Mireia
La Lujuria, definitivamente ese pecado es el de muchos; agregan nombres sin ton ni son. Buen artículo
Gracias Adriana! Menos a veces es más!!!
Hola. He sido víctima de la pereza de un familiar quien no ha tenido la decencia de darme los créditos de una investigación que me ha tomado 10 años y lo ha publicado en Internet como producto de su “esfuerzo”. El acto es simplemente despreciable.
Vaya Manuel,
Siento que te hayan plagiado tu investigación con tanta caradura. Lamentablemente no eres la única persona damnificada por el copy-paste salvaje.
¿Puedes hablar con tu familiar para arreglarlo?
Ánimos
IRA…..me desespero cuando no puedo entrar a determinado archivo!!
Es difícil no desesperarse cuando nos bloquean el acceso a un archivo.
Yo sostengo que la genealogía ayuda a recuperar nuestra identidad y todo aquel que pueda ayudarnos en este camino merece que le demos las gracias. Nunca se descubre todo y eso hace que te de ganas de seguir y de buscar ayuda. Y coincido en lo que decís de los pecados en genealogía, creemos que el árbol nos pertenece… jajajaja… y nada nos pertenece… es una búsqueda, pero a veces eso lo hace emocionante. Me encanta tu blog. Saludos desde Argentina (tengo tanto para consultarte…).
Hola Silvina,
Para mí la genealogía es identidad. Y también una disciplina llena de pecadores 🙂
Un abrazo
Definitivamente, la ira🤣, cada vez que me dicen que tienen los documentos, pero que no están indexados y que soy bienvenido a ir en persona a investigar…¿Por qué no nací en España??? ¿Por qué???? 😭😭😭
Jeje. Espero que puedas expresar tu ira genealógica de una forma positiva. ¡Un abrazo!