“- Llegará un día en que todos nosotros estaremos muertos – dije -. Todos nosotros. Llegará un día en que no quedará un ser humano que recuerde que alguna vez existió alguien o que alguna vez nuestra especie hizo algo. No quedará nadie que recuerde a Aristóteles o a Cleopatra, por no hablar de vosotros. Todo lo que hemos hecho, construido, escrito, pensado y descubierto será olvidado, y todo esto – continué, señalando a mi alrededor – habrá existido para nada. Quizá ese día llegue pronto o quizá tarde millones de años, pero, aunque sobrevivamos al desmoronamiento del sol, no sobreviviremos para siempre.”
John Green, “Bajo la misma estrella”
Lo sabes, sí. Te vas a morir. Lo que no sabes es cuándo. Y a veces te duele pero no puedes revelarte contra eso.
¿Cómo será la vida sin mi y sin ti?
No sé. La vida seguirá…
El comunicador Eduard Punset dijo una vez que no está científicamente demostrado que él se tenga que morir, bueno, no voy a discutir con Punset sobre eso. Tal vez él sea la segunda persona del mundo, el primero es sin duda Jordi Hurtado, que sea inmortal. Los demás moriremos tarde o temprano.
Saber que nos vamos a morir nos incomoda
¿Qué sentido tiene la vida si se acaba?
El que tú le des. Sí, existe un principio y un final, una fecha de nacimiento y una de defunción y en medio una historia que merece ser vivida en primera persona, que merece ser contada, que merece ser legada y recordada.
La genealogía empieza en el presente. Empieza por ti. No me cansaré de decirlo hasta que dejes de intentar saltarte este paso.
Vive, deja vivir, ama, investiga, crea y sueña para que cuando otros tengan que despedirte no te vayas del todo. Que los que se queden te recuerden vivamente, que algo perviva en los que te sobrevivan. Que los que te conocieron te lleven en su corazón hasta que marchen también y que las posteriores generaciones te conozcan y agradezcan tu paso por la vida, aunque sea un poco, a través de un árbol genealógico.
Espero que tú y yo dejemos de ser pero no de estar.
¿Admites que te vas a morir?
¿Cómo lo llevas?
Fotografía e imagen: Enrique Domínguez y desmotivaciones.es
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