Las historias que escucho en los talleres o acompaño en mis sesiones vía videoconferencia son variadas: las hay sorprendentes, las hay muy oscuras dignas de una crónica negra, algunas son paralizantes y otras esperanzadoras. Todas son interesantes y reveladoras.
La que comparto hoy gracias al testimonio de una de mis alumnas es entrañable, una historia que comienza con una herencia cuya dueña todavía no sabe qué tesoros contiene, los irá descubriendo poco a poco y que serán la vía para entender la historia de su familia. Ahí va…
Tengo 40 años y nací en 1975, pero en las últimas semanas ando instalada y dando vueltas por 1920. Por esa época se casaron mis bisabuelos maternos. No sé, como sería aquel 9 de octubre pero prometo que casi ahora, te puedo decir incluso a lo que olía.
Por azar o por no azar, he recibido una herencia de esas que no tienen dinero, ni joyas, ni tierras. He recibido un baúl lleno de tesoros.
Un montón de recuerdos a granel: fotos, cartas, esquelas y enseres varios, la mayoría de mi bisabuela, cuidadosa de lo suyo y maestra de profesión.
Para ponerte envidioso te diré que mis ojos han leído frases del tipo “te manda un abrazo y besos este que te quiere y verte desea”.
La verdad es que es un baúl que tiene todo lo que le podías pedir a un baúl, pero, ¿y ahora qué?
Yo sé que me está hablando pero no lo entiendo muy bien. Sé que esconde cosas ocultas que afectan a toda mi familia.
Como la casualidad existe, llevaba un tiempo siguiendo tataranietos y sin duda que mejor sitio para aclarar mis dudas y aprender.
Me apunte a un taller de genealogía transgeneracional y me encantó. Y ahí estoy, intentando empezar esta nueva aventura con asesoramiento personalizado y nuevas amigas.
Seguro que el baúl de mi bisabuela da para mucho en esta historia de generación en generación que ahora vuelve a estar viva.
Te saluda
Una bisnieta y su baúl
¿Tú también tienes un baúl de los recuerdos?
¿Qué te legó tu bisabuela?
Imágenes: la bisnieta
Hola Mireia,
Estoy en la difícil tarea de guardar la vida de mi madre en cajas… El 13 de Octubre falleció y estoy vaciando su casa, ya que yo no vivo en esta ciudad. En cada caja, cada cajón, cada rinconcito, encontré fotos, cartas que no había leído nunca, recuerdos, notitas, algunos diarios… Si bien con mi madre teníamos mucho diálogo y éramos muy cercanas, siento que en sus papeles la estoy re descubriendo.
Hace un tiempo que me interesa la psicogenealogía, leo a Jodorowsky, hice talleres, constelaciones, etc.
Durante la enfermedad de mi mamá empecé a hacer el árbol más en serio, buscando datos más concretos… y aunque yo siempre dije que no tenía familia del lado de mi padre, aparecieron primos y se ampliaron algunas ramas… Y alguien me dijo lo siguiente: en el momento justo, cuando empezás a echar luz sobre las ramas del árbol familiar, dejás de sentir que el árbol es una carga y empezás a sentir que empieza a sostenerte…
Si bien este momento no es fácil para mí, estoy con los ojos bien abiertos para darle la bienvenida a esta nueva etapa de mi vida. Tengo que aprender a cuidarme y auto sustentarme sin el apoyo real de mi madre… soy huérfana de padre y madre, y de abuelas (a mis abuelos no los conocí)… pero todo este proceso, esos últimos meses con mamá fueron muy hablados y con mucho amor… Me permito escribir este comentario para quienes lean este sitio y tengan algo por resolver con sus padres. No pierdan tiempo, hablen, dialoguen… y si no se puede, dejen ir con mucho amor. Los padres hicieron lo que pudieron con las herramientas que tenían… hay que ser agradecido de la vida que nos han dado y seguir caminando… un abrazo
Hola Silvina,
Gracias por tus sinceras y sentidas palabras. Espero que inspiren a otras personas en sus búsquedas personales.
Un abrazo!
Hola Mireia. Me toca muy de cerca esta entrada. Cuando mi abuela falleció, el año 95, mis padres me entregaron sus recuerdos. Muchas fotografías que he atesorado por todos estos años. Mis abuelos y tíos llegaron a chile en el Winnipeg como refugiados de la guerra civil, dejando familia en Málaga. Hubo fotos y postales entre ellos, pero con el tiempo el contacto se perdió.
Entusiasmada por tu libro del árbol genealógico, comencé a tomarme en serio mi árbol. Y me llamo la atención cuando haces referencia a las fotos como “tesoros”. Así que trate de mirarlas con otros ojos para ayudarme a entender mi historia hacia atrás. Sin embargo me fue mucho mejor! Gracias a una dedicatoria detrás de una foto, di con mi familia malagueña (la rama paterna de mi padre) de quienes pensé no sabríamos nunca más. Hoy tengo contacto con mis primos gracias a ello. Así que podría decirte que tuve en mi poder todo el tiempo la flor de 7 colores y no lo sabía. Gracias por la inspiración 🙂
Hola Loreto,
Gracias por contarnos parte de tu historia. Y gracias por compartir conmigo que el libro te ha ayudado a revisar los documentos que ya tenías en tu poder para conseguir contactar con tu familia.
Me siento enormemente feliz por haber contribuido a ese reencuentro.
Un abrazo
Saludos. Cuando niña me crié con mis “abuelos”, son los papás que criaron a mi mamá. Digo abuelos porque fueron y serán los mejores abuelos. Mi abuela Mapepa, tenía un baúl lleno de fotos hermosas de sus hermanos, sus padres de mi tío pequeño. Al mi abuela llegar a una edad más adulta; mi mamá decidió que mi mapepa viviera con nosotros. Su verdadero nieto mayor nos prohibió volver a entrar a la casa. Todos los recuerdos y tesoros que mi mapepa tenía se perdieron.
Hola Ramonita,
Siento que no hayas heredado ese baúl porque sería un gran tesoro.
Saludos