¿Quién quiera viajar en el tiempo que levante la mano?
¡Veo muchos voluntarios! ¡Yo la primera!
Hace unos días estaba en un Centro de Historia Familiar de Barcelona trabajando para Macarena y como ya nos conocemos todos los que coincidimos cada semana revisando microfilms surgió una conversación.
Hay un hombre especialmente hablador que comentaba en voz alta un bautizo que por fin había encontrado.
No sé cómo fue el diálogo pero acabamos hablando de la serie de moda de la temporada: El ministerio del tiempo.
He visto los tres primeros capítulos que han emitido, la verdad es que antes de la emisión ya me había enganchado con solo leer el argumento y no me ha defraudado.
A lo que iba, que le dije al compañero, “Anda que no te gustaría abrir una puerta del Ministerio y ser el testigo del bautismo que estás leyendo…”
No sé qué me contestó pero en mi cabeza ya lo estaba visualizando a él en una parroquia del siglo XVII. Luego pasé a imaginarme a mí misma en mi propio bautizo y luego apareciendo en las fotos del futuro como una extraña, ¡incluso podría firmar en el documento como testigo!
Seguí fantaseando…
Quizás estaría bien hablar conmigo misma para pedirme que no hiciera esto o aquello o por lo menos espiarme para revivir momentos importantes de mi vida, observar a mis abuelos cuando eran jóvenes o un poco más mayores, que hay ocasiones en que los echo de menos, hablar con parientes que no he conocido para preguntarles cuando nacieron y apuntarlo luego en el árbol, advertir a los míos de peligros o susurrarles un número de la Lotería ganador, quizás, impedir que ocurriera una muerte cercana, etc.
¡Terror, habemus paradoja temporal!
La idea de viajar en el tiempo es muy seductora pero muy, muy peligrosa. Supongo que has oído hablar del efecto dominó o efecto mariposa, si algo he aprendido de las películas de ciencia-ficción es que el tiempo es muy delicado.
No se puede tocar nada del pasado que enseguida provocamos un cortocircuito temporal y ya la hemos pifiado, ¡dejaría de existir!
¡¡¡Este blog desaparecería!!!
¡¡¡Nunca me hubieras conocido!!!
Ya sabes, cómo en Regreso al futuro o la película protagonizada por Ashton Kutcher.
Películas sobre viajes en el tiempo hay muchas: desde la clásica El experimento Philadelphia, la genealógica Una cuestión de tiempo (el protagonista hereda los poderes de controlar el tiempo de su linaje masculino), la fascinante Los cronocrímenes, pasando por la paródica Jacuzzi al pasado y acabando por la reciente Project Almanac.
No podemos cambiar el pasado
Si quieres “viajar en el tiempo” nada como la genealogía.
Con una investigación genealógica no hay peligro de que ocurran desgracias imprevisibles y nos empapamos de pasado sí o sí.
No podemos ni deberíamos aspirar a cambiar el pasado pero sí tenemos el deber de honrarlo, pasara lo que pasara, por doloroso que sea y con honrar no quiero decir estar de acuerdo con las violencias y miserias de nuestros familiares sino aceptarlas.
No cambiaremos los hechos, ni a nuestros antepasados pero cambiaras tú que es en realidad algo que sí está a tu alcance.
¿Qué harías si viajaras en el tiempo?
¿Alguna película sobre el tema que te haya gustado especialmente?
Fotografía: rtve.es
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