“Quien olvida su historia está condenado a repetirla”.
Marco Tulio Cicerón
Recuerdo lo impresionada que quedé cuando dos señores mayores de Amical de Mauthausen vinieron a hablar de su experiencia en los campos de concentración a nuestra clase (creo que hacía entonces segundo de BUP) y trajeron fotos y vídeos que me pusieron los pelos de punta.
En comparación con que el profesor de historia te haga un resumen del Holocausto, ver “La lista de Schindler” o que te lo cuenten dos protagonistas no hay color, algo así no te deja indiferente, te hace reaccionar y posicionarte porque ya sabemos que quien olvida el pasado tiene más posibilidades de repetir y convertirse en cómplice de injusticias.
Gracias al encuentro estuve mucho tiempo pensando en la maldad y el coraje humano y ahora soy como soy: una defensora de la memoria histórica.

Ahora he descubierto otros proyectos similares: el Museu de la Paraula a València y el Proyecto Memoria Oral del barrio barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi con entrevistas a vecinos de avanzada edad.
Si lo abres desde Youtube puedes leer los subtítulos en castellano.
Hace unos días también leí una entrevista a Neus Figuerola donde hablaba del bombardeo a la fábrica Pirelli durante la Guerra Civil y el exilio de su padre. Ella junto a otras mujeres ha formado el grupo Dones amb memòria en Vilanova i la Geltrú para defender las fuentes orales. Hacen talleres para mujeres, han editado libros y hacen charlas en institutos e incluso en la universidad.
A mi abuelo le hubiera encantado participar en un proyecto como los anteriores. Él era todo un ejemplo de abuelo-batallitas, cuando podía te colaba una anécdota. A mí me gustaba escucharlo, bueno, no siempre le prestaba toda la atención que se merecía, he de confesar que cuando era una niña no pensaba en árboles genealógicos, ni siquiera sabía que existían, pero he de decir orgullosa que a mi hermana y a mí se nos ocurrió grabar en casete (no teníamos cámara de vídeo) una entrevista para la posteridad donde nos explicaba su infancia.
Más adelante, mi abuelo falleció y la cinta no aparecía por ningún lado. Menos mal que hace poco la recuperamos (está pendiente pasarla a digital), fue un regalo escuchar la voz de mi abuelo. Se me hizo un nudo en la garganta pero también sonreía con nostalgia. Para nuestra desgracia la entrevista no está íntegra ya que grabamos música encima de la segunda mitad de la cinta… Cosas del analógico… ¡Qué desastre!
Vale la pena conservar los relatos de la guerra, de partos, de cosechas, las historias locales, las vivencias personales…
Todos los proyectos anteriores son preciosos y necesarios porque recuperan el olvido, dan valor a la memoria de nuestros mayores y revindican la justicia histórica desde el presente.
Ojalá iniciativas así aparecieran en ciudad, pueblo, barrio y familia.
Yo he querido aportar mi granito de arena para que cada uno de nosotros hable con sus familiares y he creado la Guía para entrevistar a familiares y preservar su memoria que puedes descargarte de forma gratuita si te suscribes a mi newsletter.
¿Tus abuelos también te cuentan/contaban batallitas?
¿Conoces otros proyectos similares?
Primera fotografía: Enrique Domínguez
Segunda fotografía: cortesía de Amical de Mauthausen
Más memorias vivas: Memòria Virtual de la Gent Gran de Sant Martí http://bit.ly/12O9tsx
Hola Mireia, tengo que confesar que ciertamente yo no he tenido la oportunidad de escuchar “batallitas ” de mis abuelos. Mi abuelo materno falleció cuando yo tenia casi dos añitos y mi abuelo paterno siempre fue un hombre muy reservado y un poco esquivo. Estas faltas de historias y experiencias han sido suplidas en parte por otros miembros de la familia. En el caso de mi abuelo materno fue mi madre la que desde siempre nos contaba cosas del yayo Antonio y así hemos crecido con estas anécdotas de un hombre que era muy querido en El Cabañal. Mi madre se quedo huerfana de madre muy pequeña y su padre fue para ella un “altar”, así que podéis imaginar que historias de mi abuelo materno si que he conocido, pero me hubiera encantado que me las hubiera contado él mismo.
Mi abuelo paterno Francisco, era un hombre callado e iba a lo suyo y aunque se fue cuando yo tenia ya 16 años nunca se le oía contar muchas cosas. Es ahora cuando mi padre recuerda ciertas cosas de su niñez y claro junto con estos recuerdos afloran “batallitas” de mi abuelo Francisco. Se que sirvió en la República en el Crucero Libertad,cuando la Guerra Civil y creo que esto le marco y mucho. Es probable que viviera ciertas circunstancias que le hicieran más callado e introvertido. Pero se fue también y no recuerdo nunca haber escuchado de sus labios alguna anécdota. ¡Que pena! Hortensia
Te entiendo Hortensia,
Yo últimamente pienso bastante en el abuelo que no conocí, ¿qué me podría haber explicado él de su vida? Tengo tan pocos datos y anécdotas sobre él y sólo una fotografía. En cambio de mi abuelo materno guardo tantos recuerdos y la de cosas que nos explicó en vida…
Extraño a uno mucho y al otro… siento pena por no haber compartido momentos con él, todos me dicen que era muy buena persona.
En fin, la vida es así…
Si Mireia,
así es la vida pero los que buscamos familia también encontramos recuerdos y memorias de otros que nos cuentan de aquellos que ya no están y no conocimos. Esta grandeza de la genealogía, de unirnos en un árbol repleto de hojas y en cada una una historia, una anécdota y unos recuerdos de nuestras familia. Un proyecto lleno de sentimientos e ilusiones puestos en recuperar la memoria de nuestros ancestros. ¡Esto es lo que me da fuerzas y ánimos para seguir adelante !
Hortensia
Así me gusta Hortensa, ¡Arriba el optimismo!