“No entiendo como hay personas que dicen que la infancia es la época más feliz de su vida. En todo caso para mi no lo fue. y quizá por eso no creo en el paraíso infantil, ni en la inocencia ni en la bondad natural de los niños. Yo recuerdo mi infancia como un periodo largo, interminable, triste, donde el miedo lo llenaba todo, miedo a lo desconocido. Hay cosas que no puedo olvidar. Parece mentira que haya recuerdos que tengan tanta, tanta fuerza… tanta fuerza”.
Fragmento de la película “Cría cuervos”
Hace unos días me topé con la película de Carlos Saura haciendo zapping y me atrapó, fue un flechazo. Hacía tiempo que una película no generaba en mi tantas emociones, una parte de mi quería huir porque con una sola escena ya me invadió la tristeza menos mal que la otra estaba subyugada. Si no la habéis visto y creéis que os puede interesar mejor no leáis lo que he escrito porque hago unos cuantos spoilers.
La película se estrenó en 1976, después de la muerte de Franco, muchos críticos creen que es una metáfora de la dictadura pero yo la entendí como un retrato personal sobre la soledad en la niñez y una crítica a las frustraciones que generan los roles familiares que nos impiden vivir una vida plena y es que ningún personaje adulto, sobre todo las mujeres de la película, parece estar satisfecho con su vida y lo que es peor se siente desamparado en su tristeza.
“Mi mamá cuando murió todavía yo no había nacido” es lo que dice Maite, la hermana pequeña manipulada por su hermana mediana, Ana, la protagonista interpretada por Ana Torrent. Irene, la mayor mantiene la compostura. No tienen adultos que las acompañen adecuadamente a elaborar el duelo por las muertes de sus padres, pero cuando las niñas están juntas comparten, juegan y tienen una válvula de escape. Aun así Ana, tiene que echar mano de su imaginación para recuperar recuerdos tanto desagradables como felices para volver a pasar un rato con su madre y lo que es peor acaba cargando con la ira que se convierte en una responsabilidad inventada por la muerte de su padre.
Veinte años más tarde Ana recuerda su infancia como una etapa hostil, también recopila lo que le han contado otros sobre las aspiraciones truncadas de su madre y lo hace transformada en Geraldine Chaplin, quien interpreta a una mujer amorosa pero deprimida (simular que madre e hija acaban teniendo ese parecido físico me resulta perturbador pero el paso de los años hace que la genética salga a flote, seguro que vosotros sois calcos de vuestros progenitores).
El montaje que podéis visualizar abajo recoge juntas las escenas en las que está presente la melancólica banda sonora. A parte de la famosa canción ¿Por qué te vas? de Jeanette, veréis los dos momentos más genealógicos de la película: el principio con fotos del álbum familiar y una de las escenas en las que Ana acompaña a su abuela, que no puede hablar, a contemplar un panel de fotografías con las que rememora su vida.
Un film inspirador para los que hacéis investigación familiar porque reflexiona sobre vivencias infantiles, lazos familiares y el dolor de la pérdida. Pasaréis 1 hora y 44 minutos empapados de muerte (atención a la sobrecogedora escena en que la madre se retuerce de dolor).
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Capturas del film: Mireia Nieto
“Los 400 golpes” de Truffaut es una película que me remite a la infancia, aunque yo fuera una niña de los 70 y Antoine Doinel de los 50. Otra película que podría considerarse genealógica y donde la figura de los padres y roles familiares es esencial es “Gente Corriente” de Robert Redford y otra con respecto a la infancia y como la relación conflictiva entre padres puede marcar es “Kramer contra Kramer” de Robert Benton. Si hablamos ya no de padres, sino de tatarabuelos un visionado interesante a la película “Posesión” de Neil La Bute. De todos modos son películas buenas. 😉
Buenas recomendaciones, Clara, son películas de mucho nivel. Siento curiosidad por “Posesión”. Ya he visto que está disponible en la biblioteca que tengo cerca de casa (y “Gente corriente” también) ¡Voy a ir a por ellas!
no hauuíem de tenir fills fins que no netegèssim els nostres fantasmes personals.
Difícil afrontar la paternidad y la maternidad con todo resuelto, se hace lo que se puede Carme…