Repartir una herencia es un momento delicado en casi todas las familias, a menos que los miembros de la familia se lleven muy bien, sean muy empáticos, muy compasivos y muy justos, el conflicto familiar está garantizado.
Porque una herencia es mucho más que dinero, bienes e inmuebles, una herencia pone sobre la mesa todos los conflictos que en una familia han quedado pendientes de resolver con el paso de los años.
Detrás de una herencia hay una historia familiar con sus rencillas, rencores, reproches y tensiones esperando el momento de salir a la luz, de obtener un reconocimiento o incluso una venganza.
Una herencia puede acabar siendo el momento apropiado pero incómodo para retomar conflictos en el punto en que se estancaron, mostrar aquellos que han pasado desapercibidos a otros u obtener justicia simbólica.
Puede que el muerto o la muerta haya testado, lo cual simplifica una parte de las decisiones a tomar, pero ¿a quién ha nombrado herederos? ¿Ha sido justo o injusto con su descendencia, su pareja, sus familiares y amigos? ¿Dictó un testamento dando instrucciones claras o habrá muchas cuestiones que consensuar?
Decidir a quién corresponde una casa, una tierra, una joya, un jarrón, un vestido, un libro puede hacer estallar un conflicto de grandes dimensiones en el seno de una familia. Siempre hay propiedades que no tienen un dueño escogido y no siempre los familiares logran ponerse de acuerdo en cómo repartir el patrimonio material (que en el fondo es sentimental), hay quien decide unilateralmente que determinados objetos le pertenecen, incluso puede llegar a robarlos, pueden surgir peleas aplazadas o inesperadas que pueden romper una familia.
Otra de las claves de los conflictos relacionados con las herencias es que estas se reparten en pleno duelo por la muerte del padre, la abuela, el marido, justo en un momento en que algunas personas están intentando procesar que otra ha muerto y que la vida continúa, sí que no todos los familiares están en condiciones de tomar decisiones sobre el patrimonio del difunto.
Un ejemplo de esta situación lo puedes ver en la película francesa Las horas del verano que habla de cómo tres hermanos intentan ponerse de acuerdo sobre qué hacer con la gran casa familiar.
Un heredero puede reclamar para sí una parte del patrimonio porque siente que le pertenece, que el muerto se lo debe por todo lo que hizo por él (o por lo que no hizo) o porque se lo prometió, otro puede no estar preparado o de acuerdo con esa opinión porque entiende que ese bien también es suyo, porque no cree que al difunto le agradara la idea o porque no es justo.
Unos pueden querer vender el patrimonio, otros querer conservarlo, incluso donarlo, unos pueden aliarse con otros herederos para perjudicar a un tercero, ese otro puede quedarse aislado con sus demandas y si al final siente que no ha obtenido lo que legítimamente le corresponde puede sentirse herido de por vida y arrastrar el sentimiento de exclusión y/o injusticia a las siguientes generaciones.
Las reuniones formales o informales para zanjar una herencia pueden ser devastadoras. Por eso, si hay una gran falta de consenso más vale pedir ayuda y recurrir a un mediador imparcial que aceptar con un mal trato o posponer un acuerdo meses y meses,
Una herencia puede revelar la cara más egoísta y codiciosa de nuestros hermanos, tíos y primos, también la nuestra, por eso en la medida de lo posible más vale ser previsor. Si podemos alentar (no presionar) a nuestros familiares más próximos a que dejen por escrito la mayor parte de sus deseos post-mortem en un testamento nos ahorraríamos muchos disgustos. Por supuesto, nosotros también deberíamos hacer un testamento, aunque nuestro patrimonio material no sea inmenso, es importante para los que nos sobrevivan, vamos a morir y si podemos evitar malos tragos a otros, nos lo agradecerán.
EL primer parrafo me parece contradictorio al mencionar requisitos de una familia con virtudes y valores sin embargo la ultima frase (en negrita) menciona que el conflicto familiar esta garantizado…???
Hola Luis,
Acabo de subrayar desde el “a menos que”, para que sea menos confuso.
Saludos
1.- Pendiente de hacer testamento desde hace tiempo
2.- En mi caso con la herencia de mi padre ningún problema. Lo dejó todo muy claro rn el testamento.
Incluso una parte que por ley debia ser mia, antes de morir, mi padre me dijo que era para mi hermana, por tanto la palabra de mi padre estaba pir encima de la ley.
En este tema no hubo ningun problema con la repartición. Tambien es cierto que las cosas materiales
pequeñas se la quedaron mis sobrinos, a mi me interesaban los papeles (carnets, papeles de la mili, historial laboral, etc.) Es decir si un sobrino se quedó con el equipo de música, el valor documental de mi padre vale mucho más que 4 equipos de electrónica.
Hola Carles,
Gracias por explicar tu experiencia. Me alegro de que a pesar de los obstáculos que has tenido hayas podido tener aquellas cosas que más te importan de tu padre. Se nota que eres investigador.
Un abrazo