Este cuento me ha seducido a mí y a dos niñas que se quedaron absolutamente atentas mientras lo leía y que me han pedido repetir (una de ellas quiere ahora empezar un diario).
El diario de las cajas de fósforos escrito por Paul Fleischman e ilustrado por Bagram Ibatoulline cuenta una historia dura pero es que no todas las lecturas para niños tienen que ser en clave de comedia, con cuentos como estos se pueden generar conversaciones interesantísimas y abordar la cuestión de la genealogía de otra forma.
El protagonista es un anciano que enseña a su bisnieta el diario que construyó siendo un niño con cajas de cerillas, entonces no sabía leer ni escribir pero quería guardar la memoria de Italia, su país de origen, de cómo emigró a EE.UU y lo duro que fueron los comienzos. Y es que la memoria no sólo puede quedar impregnada en documentos, también en pequeños e insignificantes objetos: huesos de aceituna, dientes o raspas de pescado.
Estamos de suerte porque la editorial preparó su book trailer…
Como ves es una delicia.
¿Has leído el cuento?
¿Conoces otro libro genealógico para peques?
Imagen: Editorial Juventud
Me parece que a los niños hay que enseñarles el blanco y el negro y fomentar el respeto a las personas mayores.
Gracias Iñaki!
interesante la historia de este libro y me facino la idea de las cajitas de fosforos ,todo un misterio dentro de ellas,para sorpresas quien lo haya descubierto.
me gusta leer y me gusta escribir y siempre intento conseguir libros ilustrados para mis hijos, para que los sentidos y las histórias también impregnen sus retinas.
Seguro que es uno de esos cuentos que puedes leer a tus hijos, luego a tus nietos y dejarlo en herencia para que vaya de generación en generación! Gracias!
Mabel, Agustí, Feli, me alegro que el cuento os interese, realmente es muy bueno. Si queréis participar en el sorteo seguid las instrucciones que el sorteo se desarrolla en Facebook.
“El Diario de las cajas de fósforos ”
En nuestra búsqueda de nuestra genealogía, más allá de los datos e información , resurgen nuestros sentimientos, nuestros recuerdos y de aquellos que formaron nuestras familias. Esos sentimientos y recuerdos tienen alma y esta se encuentra en nuestras mentes y corazones, pero también las encontramos en aquellas cosas que quedaron impregnadas por los momentos vividos por nuestros ancestros. Una caja de cerillas y un hueso de aceituna.
Yo no tengo cajitas de cerillas con recuerdos, pero hace pocos meses rellené una botellita con la arena gris de la playa de una pequeña isla de mis antepasados, de MI isla. Junto a esta botellita hay otros objetos, o una piedra por ejemplo. Si es posible espero que el día de mañana mis nietos puedan sentir y ver en esos pequeños detalles, mis sentimientos y recuerdos que en ellos están bien custodiados.
Un saludos para todos,
Hortensia
Es muy universal lo de llevarse un trozo de un sitio que visitamos, en casi todos los hogares hay piedras volcánicas a pesar de la prohibición expresa de cogerlas.
Necesitamos fijar nuestros recuerdos con algo material, pueden ser fotos, diarios, objetos, la memoria es muy frágil.
Nos leemos Hortensia!
Sí, es cierto que la memoria es muy frágil, pero en ciertas ocasiones especiales que forman parte de nuestros recuerdos principales, la memoria se refuerza, se fija a fuego en nuestro interior e incluso podemos llegar a sentir esas sensaciones, sabores, olores que forman parte de ese recuerdo. Cuando buscamos a nuestros ancestros le damos aun más si cabe el valor que tienen nuestros recuerdos. Cuando nuestros familiares nos relatan su memoria, son tesoros vividos por ellos que comparten con nosotros. Y son muy especiales para ellos, salen del olvido y cobran vida cuando nos los transmiten. Nosotros “locuelos” de la Historia familiar los volvemos a editar para que la Familia los tome como suyos y puedan recordarlos también.
Nos seguimos leyendo Mireia !
Tomo nota del libro. Con la excusa de regalárselo a mi hija, creo que me lo voy a leer yo primero. O mejor, las dos juntas. Creo que me voy a identificar, me encanta atesorar bobadas que me recuerdan un momento agradable, un bonito viaje…
Espero que las dos disfrutéis del cuento, es de los que emocionan…