Los nombres del amor

Juro que cuando cogí la película Los nombres del amor en la biblioteca no sabía que era genealógica, sólo esperaba ver una típica comedia romántica francesa y me encontré con un perfecto guión sobre las raíces, las dinámicas, tabús y traumas familiares, las diferentes formas de recibir y transformar la influencia de nuestros muertos, la identidad y la importancia de los nombres.

¡De verdad a Le nom des gens dirigida por Michel Leclerc le doy un diez!

No quiero contarte demasiado de ella, te dejaré con el trailer y uno de sus diálogos que espero que te haga correr a verla. Te prometo que te reirás y además, reflexionarás….

Baya: Un momento: tú eres judío, yo soy árabe. Y tenemos muertos en nuestras familias por los polis franceses. ¡Todo esto es fantástico! Nosotros personalizamos Francia, nuestra familias son parte de la historia que hace el amor a la otra. Creo que tengo ganas de llorar.

Arthur: Yo no soy judío, vale, no creo en Diós, jamás he puesto los pies en una sinagoga, me importa un bledo Israel y me llamo Arthur Martin.

Baya: Te avergüenzas y punto.

Arthur: No… ¿Tú eres musulmana?

Baya: No, pero judío no es lo mismo.

Arthur: Claro que es lo mismo. Somos bastardos, no sabemos en realidad quiénes somos, ni de dónde venimos… y así está bien.

Baya: De acuerdo, somos bastardos pero hay millones de bastardos, follemos entre nosotros y reproduzcámonos, ¿sabes por qué? Porque el día en que sólo queden bastardos, habrá paz en la Tierra. Los bastardos son el futuro de la humanidad

Arthur: Eso se llama vitalidad híbrida.

Baya: ¿Cómo?

Arthur: En biología, dos especímenes que copulan con herencias genéticas distintas se le llama vitalidad híbrida.

Baya: ¡Qué bello!

¿Has visto el film?
¿Me recomiendas otras películas genealógicas?

Capturas de pantalla: Mireia Nieto y sensacine.com
Cartel de la película:  cine.coveralia.com