El caserío nunca se divide. De ningún modo. Es la ley del caserío y es sagrada. Solo uno de los hijos hereda todo el caserío, los demás deben irse y buscarse la vida. Antaño, el heredero siempre era el mismo, el primer varón al nacer. Hoy las cosas han cambiado, se escoge al heredero. Amama…