Hoy Nuria Gallego Carbonell, experta en terapia de movimiento y escritura terapéutica, responsable de La escritora de tu vida, va a hablarte de algo que padecemos muchos tataranietos: de dolor de espalda y de cómo en muchas ocasiones está relacionado con tu historia familia.
Nuria se dedica desde 2015 a ayudar a personas con dolor físico en el cuerpo a descubrir la raíz emocional de su malestar y ha escrito un artículo extenso y muy útil que puede ayudarte a darte cuenta del origen de tu malestar, saber a que se debe algo que está mal es el primer paso para sanarlo.
¡Hola! Soy Nuria Gallego Carbonell y hace un tiempo, decidí investigar el dolor en la espalda:
- Porque una gran mayoría de mis lectoras lo padecían
- Porque yo misma lo había vivido y había conseguido comprender su mensaje emocional
En mi caso, esta tensión estaba muy relacionada con la familia. Por eso, le propuse a Mireia explicar mi historia y punto de vista en su blog. ¡Gracias por la oportunidad, Mireia!
Así que, si tú también tienes dolor en la espalda, quédate conmigo. Te voy a explicar mi experiencia y, luego, te recomendaré dos recursos para que puedas investigar el origen emocional de tu malestar.
Mi primer episodio con dolor en la espalda ocurrió a principios del 2013. Hacía unas semanas que había empezado terapia.
En la primera sesión, practicamos un ejercicio relacionado con mi figura paterna, que es un poco complicada. En ese ejercicio, lloré al recordar a mi padre biológico.
Unas semanas después fui a mi formación en Terapia de Movimiento.
La terapia de movimiento es un conjunto de técnicas que te ayudan a entrar en contacto con tus sensaciones corporales para descubrir los sentimientos que hay en ellas. Es lo que uso para ayudar a mis clientes.
En esa formación, pasábamos todo el fin de semana en una casa rural, bailando y escuchando nuestro cuerpo.
La noche del sábado al domingo desperté con un fuerte dolor en mi omóplato derecho. No podía seguir durmiendo y, de hecho, apenas podía moverme.
Tuve que despertar a una compañera, que me acompañó al sofá, donde pasé las horas que quedaban hasta el desayuno.
A la mañana siguiente, le conté a mi profesora lo que había ocurrido. Su consejo fue que me quedara, siguiera moviéndome y me fijara en mis emociones.
La verdad es que no sentí demasiado hasta que llegó el baile de despedida.
En ese baile, el cuerpo quería que me meciera. Así que me senté en el suelo y, abrazándome a mí misma, empecé a moverme adelante y atrás, adelante y atrás.
Ese movimiento hizo que surgiera un llanto muy profundo de mi interior, de las tripas.
No sabía por qué lloraba, pero tampoco podía detenerlo. En ese momento, todo en mí era una profunda tristeza como muy pocas veces había sentido.
Cuando pude relajarme, me sentía más viva. El dolor seguía ahí, aunque con algo menos de intensidad.
La semana siguiente estuve de baja, ya que seguía sin poder moverme. Aproveché para meditar, escribir mucho y sentir mi dolor.
Con el paso de los días comprendí qué era lo que me dolía: el dolor en mi espalda era la manifestación de la pena por la muerte de mi padre.
Cuando él murió, yo tenía 1 año, así que no estaba preparada para hacer el duelo por su muerte. No obstante, a nivel inconsciente, esa pérdida quedó grabada en mi cuerpo.
Al conocer el origen de la tensión en el omóplato, viví el dolor emocional por su fallecimiento y, finalmente, la tensión desapareció.
Como te he comentado, este no ha sido el único malestar en la espalda relacionado con mi familia. Pero sí ha sido el más significativo, porque fue el primero de todos.
Esta historia es un ejemplo de lo que yo he vivido. No obstante, lo que me interesa contarte es cuál es el origen de las emociones en el cuerpo.
El cuerpo guarda tu inconsciente
¿Cómo puede ser que dentro de mí hubiera una gran tristeza por la falta de un padre?
Por el proceso de represión emocional.
Cuando un bebé nace, se enfrenta a situaciones diversas, algunas agradables o placenteras, otras más difíciles.
Algunos ejemplos de las difíciles son: es una criatura no planificada que nace en un momento de falta económica, puede ser que su madre tenga depresión postparto o que, quizá, viva en una casa donde haya malos tratos.
Los bebés humanos nacen poco desarrollados en comparación a otros animales. La maduración termina una vez han salido del vientre materno.
Por eso, cuando somos tan pequeños, necesitamos que nuestras figuras de apego (padres o tutores) nos proporcionen los cuidados básicos de alimento, amor y seguridad.
Pero hay algunas situaciones familiares difíciles que lo impiden.
¿Qué ocurre entonces?
Que el bebé siente emociones: tristeza, rabia, miedo…
Si sus figuras de apego tienen la capacidad de contener y sostener esos sentimientos, esa criatura podrá calmarse y no sucederá nada demasiado trascendente.
Al fin y al cabo, la tristeza, la rabia o el miedo son emociones básicas y necesarias.
En cambio, si los padres o los tutores, no le proporcionan aquello que necesita, el bebé se verá obligado a reprimir su llanto.
Esa emoción es demasiado difícil de gestionar para él, así que se ve obligado a acallarla.
Te voy a poner un ejemplo para que quede más claro cómo funciona el proceso de represión emocional.
En los años 80, la etapa en la que yo nací, se hizo muy popular el método Estivill. Según este doctor, todos los niños con más de 6 meses de edad debían aprender a dormir solos y con la luz apagada en su habitación.
Los padres no debían ir a proporcionarle ningún tipo de mimo o consuelo por mucho que llorara. Solo podían hablarle, pero nunca tocarle.
Con el tiempo, estos padres descubrían que su bebé “dormía toda la noche.” El método Estivill funcionaba.
Vamos a ver cuál es la perspectiva de la criatura en esta situación.
Se despierta en medio de la noche en un lugar oscuro y no hay nadie con él. Quizá tiene hambre, frío o se siente solo. Empieza a llorar de forma instintiva.
Su madre o padre entran y le dicen que ahora debe dormir en la habitación solo. Pero no lo cogen en brazos ni lo ayudan a recuperar el sueño.
La angustia aumenta, por lo que llora más fuerte. Aparece el miedo. Necesita un adulto para sobrevivir, pero ese adulto no le da lo que necesita. Se siente desprotegido e inseguro.
¿Acaso tú no sentirías miedo si necesitaras ayuda y no te calmara nadie? A un bebé le ocurre lo mismo.
Tras un llanto prolongado, no puede seguir manteniendo ese nivel de estrés, por lo que se ve obligado a reprimir sus emociones.
Para hacerlo, usa su cuerpo:
- Para dejar de gritar, contrae la garganta y sube sus hombros
- Para dejar de llorar, tensa los ojos y hunde su pecho.
Esa misma situación, noche tras noche, provoca que el niño o niña se acostumbre a esa represión emocional.
Se despertará en medio de la noche por el frío, el hambre o el miedo. La diferencia será que ya no llorará porque sabe que nadie vendrá a consolarlo.
Este mecanismo de defensa ante una situación estresante será almacenada en su inconsciente. Ese inconsciente se manifestará en una postura corporal concreta. Por ejemplo: tensión en los ojos y la mandíbula, hombros subidos hacia arriba y hundimiento en el pecho.
A nivel emocional, probablemente, este bebé se convertirá en una criatura insegura y retraída, que siempre buscará protección en los adultos.
En caso de que ese patrón no cambie en la infancia, seguirá igual en la etapa adulta.
Niños y niñas pueden vivir situaciones angustiantes como estas. A lo largo de estos primeros años del desarrollo humano, se forma el patrón emocional y mental que creará nuestra personalidad y forma de entender el mundo.
Además, recordemos: este patrón vendrá acompañado de grandes tensiones físicas que provocan dolor en el cuerpo.
La familia también está en tu inconsciente
Sobre este punto no me extenderé demasiado, pues Mireia es la experta en el tema familiar.
A modo de resumen, te diré que ciertas heridas familiares se heredan de generación en generación.
A nivel corporal, esto puede expresarse en enfermedades heredadas. Por ejemplo, si una abuela vivió una violación que la retrajo sexualmente durante su vida; esto puede manifestarse en una enfermedad en los órganos sexuales de su nieta.
O, por otro lado, puede ocurrir lo mismo que me pasó a mí: las dificultades emocionales con mi padre biológico habían quedado atrapadas en mi espalda.
Sin embargo, lo interesante de todo este tema, a mi entender, es que no se quede solo en el nivel teórico; sino que lo experimentes en tu cuerpo.
Para ello, he creado un ejercicio en audio que te pondrá en contacto con las sensaciones asociadas a tus padres.
Te recomiendo que practiques este ejercicio en un momento que nadie te moleste.
Es similar a una meditación, pero no es necesario que estés en quietud. Puedes moverte, levantarte o quedarte en tu silla. Lo importante es que te adentres en tu cuerpo, que sientas lo que se despierta en ti.
Observa tus sensaciones (cosquilleos, vibraciones, rigideces…), emociones (tristeza, placer, inseguridad…) o pensamientos (esto es muy raro, no sé qué pasa, está dentro de mí…).
¡Vamos a por ello!
Una vez hayas terminado, puedes responder estas preguntas:
- ¿Cómo definirías tu experiencia con el ejercicio?
- ¿Qué has percibido al traer la presencia de tu padre tras tu hombro?
- ¿Y al traer la presencia de tu madre?
- ¿Cómo era o es la relación que mantienes con tu padre?
- ¿Y con tu madre?
- ¿Puedes ver alguna similitud entre lo que has sentido y la relación que mantuviste con ellos?
- ¿Qué concluyes? Si has aprendido algo, escríbelo.
¿Cuál es el origen emocional de tu dolor en la espalda?
En este artículo, te he explicado por qué nuestros dolores físicos reflejan nuestras emociones reprimidas. Y, te he facilitado un ejercicio para que pudieras sentir cómo vives a tus padres en tu espalda.
Sin embargo, me gustaría que diéramos un paso más. Como te he contado al principio, hubo un momento en el que decidí profundizar en el dolor de espalda porque muchas lectoras tenían este malestar.
Para ello, reflexioné sobre mi experiencia y reconocí que:
- El dolor en la espalda NO está causado por el estrés y los nervios
- No sirve de nada cambiar la postura para solventarlo
- Los masajes o los estiramientos solo alivian el malestar durante unas horas
A partir de ahí, creé la clase en línea gratuita Las 3 causas que provocan tu dolor en la espalda. Si tienes dolor en la espalda y todo lo que te he contado en este artículo te ha removido, apúntate y te la enviaré por email.
En ella, descubrirás qué es lo importante para desbloquear tu tensión en la espalda.
Y, ahora, me encantaría leerte. Te espero en los comentarios del artículo.
¿Tienes algún dolor en el cuerpo?
¿Crees que tiene relación con tu familia?
¿Hay alguna enfermedad que se repita en tu árbol?
Fotografía: unsplash.com
¡Hola, Mireia!
Muchas gracias por permitirme este espacio en tu blog. Ha sido todo un honor para mí 🙂
Desde aquí, quiero aprovechar para ofrecerme a resolver cualquier duda que haya quedado.
Un abrazo.
Gracias a ti Núria, tu artículo es necesario y muy esclarecedor.
Un abrazo!
¡Hola!
Interesantísimo el artículo. Sufro de dolor de espalda desde muy, muy joven, en algunas temporadas ha sido más agudo y en otras más leve. He probado todo tipo de terapias y tratamientos, todos sin resultados significativos. También he trabajado en mi genealogía con Mireia desde hace un tiempo, y la relación de una cosa con la otra me parece algo bastante plausible y, a la vez, interesante. ¡Me pondré en contacto contigo a buen seguro, Núria! Y Mireia, muchísimas gracias por darle voz en tu blog.
¡Un abrazo para cada una!
Hola Tània,
Me alegro de que te haya gustado el artículo.
Un síntoma nos alerta que hay bloqueos a trabajar, con Núria estarás en buenas manos.
Un abrazo
¡Hola, Tània!
Muchas gracias por compartir tu experiencia y sentir.
Siento mucho tu dolor de espalda. Por mi experiencia y la de mis clientes, es bastante probable que, cuando no se consigue aliviar, haya algunas dificultades emocionales relacionadas.
Y, como en nuestros árboles hay ciertas heridas, también es posible que las expresemos de esta forma.
Si no lo has hecho, te recomiendo que practiques el ejercicio de movimiento que propongo en el artículo. Además, si quieres profundizar, puedes acceder a la clase gratuita para conocer las causas de los dolores de espalda que nunca terminan de desaparecer.
Un abrazo!
Gracias por el artículo, me interesa muchísimo tanto la genealogía como el origen emocional de los dolores y enfermedades físicas. Nuria, tienes algún artículo o puedes recomendar alguna lectura sobre el dolor lumbar? Gracias a las dos!!!!
Hola, Estrella
Muchas gracias por tu comentario. Me alegra que estés interesada en los temas que tratamos Mireia y yo.
Para entender el origen del dolor lumbar, te recomiendo que te apuntes a la clase sobre la espalda que comparto al final del artículo. Allí se reune todo lo que sé sobre este malestar.
Si te surge alguna duda con la clase, no dudes en escribirme.
Un abrazo.
Hola, gracias por el articulo, muy escalarecedor, siempre creo haber tenido dolor en la espalda y con los años se ha intensificado, agregandose artritis reutatoidea en manos, muñecas, tendon y articulacion del hombro derecho, y un dolor paralizante bajo el omoplato derecho que con los años se va agravando, he disminuido muchisimo casi todo mi trabajo fisico, aunque estoy bastante acostumbrada a convivir son ese dolor, la correlación con mi historia familiar es indudable, aunque en este momento ya mi padre fallecio y no me molesta imaginar su presencia, ni la de mi madre que aun vive, ya algo mayor, pero la imagino mas joven, y no me desagrada imaginar su union en su juventud, tiene algo de tierno que me hace sonreir, pues soy hija unica, mis padres se casaron muy jovenes, yo naci en sus 20 años, y hoy dia tengo 56, hace 36 años, en mis 20 mas o menos, se empezo a hacer muy notable que mi padre sufria alguna alteracion nerviosa grave, aunque en esos tiempos ni los psiquiatras pronunciaron las palabras que definieron su enfermedad y nuestra vida familiar desde entonces hasta el año que fallecio en sus 62, era esquizofrenico progresivo y mi madre y yo vivimos toda mi vida con esa tremenda carga, en nuestra casa, con una sociedad y el resto de la familia en total negacion, que lo que tenia mi padre era una enfermedad, al punto, que siempre nos sentimos, especialmente yo, responsables por todas las cosas que el hacia, y nadie nos dejaba olvidar que era nuestra responsabilidad, creo que mi madre lo gestiono mejor hasta cierto punto, pero yo ya hace muchos años que somatice toda mi vida, en mi juventud lo enfrente como un destino triste pero marcado y que debia resignarme a seguir, esto me costo no tener vida propia, ocupar el lugar de mi padre con mi madre para no dejarla sola, y el de mis abuelos con ambos para protegerlos, a pesar que en mi infancia era una criaturita extremadamente timida y miedosa, obediente y bien comportada, o justamente por esto, cumpli a rajatabla con los mandatos familiares, los padres ancianos y enfermos son responsabilidad de los hijos, y yo fui solo una para hacerme cargo de los dos, no es extraño que la depresion subclinica que me rondó hasta los 40 y tantos años, a los 49, erupciono en una depresion severa, que en unos años me produjo toda clase de sintomas y afecciones autoinmunes, artritis reumatoidea como ya dije, ataques de panico, estres laboral severo, por exeso de trabajo tambien, tiroiditis autoinmune incontrolable, vale aclarar que ninguna de estas afecciones son hereditarias, en mi familia, aunque puede haber habido personas que las sufrieran sin sintomas aparentes, nadie tuvo artritis, ni encanecio antes de los treinta, mi madre aun tiene el 80% o mas de su color natural de cabello a los 76 años, mi padre fallecio sin haber encanecido a los 62 años, yo si empece a encanecer a los 19 años, junto con los primeros sintomas de papá. Y hoy, que tengo cada vez mas dolores oseos, siento que me queda acompañar a mi madre hasta que alguna de las dos se vaya, y mi vida estara cumplida, creo que ese habra sido el proposito por e que Dios me trajo al mundo, porque ni los medicos, ni los guias espirituales, logran que encuentre otra razon para disfrutar de mi tercera edad, que ironia, nunca disfrute ni de la primera ni de la segunda, para que me sirve la tercera? es muy patetico. Gracias por leerme, siempre es una descarga contar a alguien mi breve paso por este mundo, ya que agote las consultas psiquiatricas y años de psicologas, medicamentos, nada cambia mi naturaleza hasta ahora, solo estoy resignada y sigo, algo a rastras y a veces con dolor fisico y emocional intenso, pero sigo peleandola. Saludos y gracias nuevamente.
Hola, Alicia
Muchas gracias por compartir tu dolor y tu experiencia de vida. Comprendo perfectamente la carga que una enfermedad mental puede suponer para la familia y para ti, pues también tengo un familiar diagnosticado con esquizofrenia.
Y, como cuentas, es posible que hayas somatizado toda esa carga en forma de enfermedad reumática. Las articulaciones y los huesos son los que nos ayudan a cargar con el peso del cuerpo. Por eso, los dolores en esta zona indican tener que cargar con mucho peso “a tus espaldas”.
Soy consciente de que has vivido situaciones muy duras. No obstante, es posible salir de ese círculo de dolor y malestar. Para mí, la forma de hacerlo es buscar el mensaje emocional de mis dificultades, saber qué me están pidiendo y cambiar lo que sea necesario para encontrar una salida a los problemas.
Por eso, mi recomendación es seguir en el camino del autoconocimiento. Es el mejor aliado para ir hacia una vida con mayor bienestar.
Te mando un abrazo enorme
Gracias por tus comentarios y aunque parezca extraño, de antemano ya hace tiempo que sigo tu concejo, la busqueda del autoconocimiento y crecimiento interior ha sido la unica cosa que en los ultimos años me ha mantenido atenta, he aprendido e internalizado muchos conocimientos sobre la espiritualidad (nunca fui muy espiritual antes y para nada tengo que ver ni quiero con religion alguna) sobre el ser interno, la Unicidad con el Universo, no me voy a extender en esto, he incursionado en vedanta, en textos sagrados hermeticos, y en toda clase de conocimientos que llegan desde mucho antes de los antiguos Vedas, a la fisica Cuantica, y el concepto de que todo es energia, trato de trabajar sobre el tema de la energia y la elevacion espiritual, pero en verdad es un camino escabroso que como dije antes ni medicos del cuerpo ni del alma logran decirme como superar mi desesperanza. Tal vez mi guia espiritual no ha podido comunicarse con migo o yo no se como escucharlo, como dije, tengo esos sintomas, se que los produje a causa de las circunstancias que elegi vivir, concientemente, me hice responsable voluntariamente, aunque no fuera lo correcto en el sistema de mi constelación familiar, ya lo hice y no tiene caso culpar a nadie por eso, yo no sabia que era peligroso, y mis padres tampoco sabian que los mandatos familiares siquiera existiesen, tampoco yo, hasta hace relativamente poco tiempo, y mis medicos no aplican las terapias de constelar ni siquiera conocen mucho sobre eso, en teoria algo, pero del proceso nada, así que sigo sola, con medicacion de toda indole, que estoy tratando de dejar paulatinamente, porque no siento que me hagan bien sino al contrario, solo me adormecen la mente, me enferman del estomago, debilitan mis defensas naturales y mi tiroides se vuelve loca, dandome mas problemas fisicos. Asi que es todo un tema, quien dijo que vivir era facil y que la felicidad estaba a la vuelta de la esquina. Pamplinas, cada uno es individualmente unico artifice de su destino, y si no puede sanarse no hay terceros que puedan hacerlo. Un Abrazo, gracias por tus palabras. Un gusto conocerlas.
Alicia, te mando un gran abrazo y grandes deseos para que encuentres la sanación, el equilibrio y la tranquilidad en todas las áreas de tu vida.
Gracias por compartirte. Sigue adelante en tu autoconocimiento, tal como estás haciendo.
Muy buenas Mireia y Nuria!
Me ha venido el audio al pelo… Justamente estos días andaba metida en el tema de los padres. Trabajando en ello. Y ¡oh! El audio ha surtido efecto. He llorado, sentido estrés, rabia, asco… He identificado cada emoción con lo que la provoca y me siento un poco más liberada 🙂 Es más, creo que el dolorcillo de espalda que tenía al levantarme esta mañana ¡se me ha ido! He llegado a un estado de relajación / liberación que me ha distendido las zonas tensas que tenía en el cuerpo ^^ ¡Gracias!
Qué bien Isabel! Me alegro de que el audio te haya llevado a experimentar esas emociones estancadas y liberarte del dolor. El trabajo de Núria es muy profundo y potente.
Un abrazo
¡Hola, Isabel!
Muchas gracias por compartir tu experiencia. Me alegra mucho que hayas conectado con tu cuerpo para liberar todas esas emociones. Como has podido sentir, vivir los sentimientos que hay en nosotras nos lleva directas a la tranquilidad.
Un abrazo!
¡Hola Núria y Mireia! Gracias a las dos por tan fantástica labor. Llevo un tiempo siguiéndoos a ambas y me encantáis. He realizado el ejercicio propuesto, y debo decir que he tenido que abandonar antes de tiempo: cuando vino la presencia de mi padre sentía cierto dolor en el lado derecho del cuerpo, sobre todo, la parte superior derecha de la espalda y mucho el cuello en esa zona derecha, pero nada más. Cuando vino la de mi madre a la zona derecha, empezó con dolor en toda esa zona, y también con dolor en la zona izquierda de nuevo, y cada vez todos estos dolores se iban intensificando, me moví mucho, y tuve que salir porque ya no aguantaba en ninguna postura (estaba sentada) y hasta me costaba un poco respirar bien. Sé que tengo grandes conflictos con mi madre, ya que ha sido una madre tóxica, mandona, acaparadora, castrante…y mi padre ha sido un padre consentidor con ella, y poco involucrado en nuestra educación y cuidado.
Todo esto ha sido muy esclarecedor.
Muchas gracias.
Vaya María, aunque el ejercicio no te haya relajado, has podido tomar consciencia de la relación de tu dolor con cómo vives en tu cuerpo a tus padres, eso ya me parece un gran paso para solucionarlo.
Un abrazo
¡Hola, María!
Muchas gracias por compartir tu experiencia con el ejercicio. No te preocupes por no haber llegado al final. Si, para ti, ha sido necesario parar está bien que así haya sido.
A veces, para comprender y aprender de una situación, es necesario atravesar todo el dolor que comporta. Y parece que eso es lo que ahora se hace necesario en ti. No obstante, como te ha comentado Mireia, tomar conciencia de todo ese malestar es un gran paso para solucionarlo.
Un abrazo enorme.
Hola Mireia y Nuria les agradezco la experiencia compartida, pues sufro de dolores en la espalda y en la nuca. He comprendido que mi relación con mi padre fue algo distante pues me sentí todo el tiempo pesada y dolorida en el hombro, caso diferente con mi madre sentí frío y vacío con cierta liviandad del brazo, Espero ir trabajando los dos aspectos hasta encontrar el equilibrio que deseo para avanzar en mi proceso . De nuevo gracias
Hola, Luz
Muchas gracias por compartir tu experiencia con el ejercicio. Aunque hayas vivido cierto malestar, dar ese paso es necesario para sanar tu herida emocional.
Deseo que lo que has aprendido con esta actividad te permita avanzar en tu autoconocimiento y bienestar.
Te abrazo.
Hola bella !
Muy interesante el artículo!
Lo descubrí buscando por un fuerte dolor lumbar en la parte derecha de mi cuerpo !! Esto me ocurrió luego de “conversar”con mis ancestros ( zona de mi casa donde se honrra ese espacio) !
Solo en ese diálogo les pedía perdón por aquello que talves no supieron expresar ! Ya que ellos viven en nosotros !!
Y en ese presiso instante un intenso dolor apareció en ese lugar como una puñalada !!
( Parte de la espalda zona lumbar derecha) ! Muchas gracias ☺️
Llevo padeciendo un fuerte y constante dolor lumbar (espalda baja) desde que falleció mi padre (hace 1 año y 8 meses) y aún más intenso desde que falleció mi madre (hace 1 año y 4 meses). Después de hacer este ejercicio, sorprendentemente el dolor ha disminuído…