Hoy he invitado Cristina Hortal a escribir en el blog sobre cómo la genealogía le ha ayudado en su camino de crecimiento personal, cada vez más y más gente se anima a bucear en su pasado familiar sin miedo para entender su identidad y sus bloqueos.
Cristina Hortal acompaña a personas hacia un autoconocimiento cada vez mayor, para que descubran sus condicionamientos y límites inconscientes y puedan dejar de identificarse con ellos. Les guía a que utilicen esa liberación para tomar decisiones valientes más en coherencia con quiénes son de verdad. Ha escrito tres libros “Aprende a decidir desde el alma”, “Haz el Camino de Santiago” y “Ve a por lo que quieres y punto”.
Esto es lo que nos cuenta…
Si tuviera que destacar un momento decisivo de mi vida en el que experimenté una gran transformación, ese es el mes de marzo de 2014. Lo recordaré para siempre, pues fue un gran punto de inflexión que viví hace casi cuatro años ya.
A día de hoy, aun me estoy acomodando a algunos de los cambios que se dieron entonces, o estoy inmersa en asuntos que nacieron en aquel momento.
Además, utilizo esa época de referencia para hacer memoria de muchos otros hechos y cambios pasados. Vamos, que marcó un antes y un después para mí.
Y es que sucedieron muchas cosas en muy, muy poco tiempo.
Te destaco las más llamativas:
- Me largué sola a vivir una aventura muy chula y reflexionar a fondo sobre algunos aspectos de mi vida que no funcionaban.
- Formé una familia nueva (nueva pareja, nuevo hogar, maternidad, etc.) en condiciones poco comunes.
- Me curé de una enfermedad muy limitante considerada crónica.
- Emprendí una trayectoria profesional no convencional: crear mi proyecto en línea, centrado en mi pasión y con mis propias normas.
El caso es que todos esos cambios no fueron más que la manifestación de un cambio profundo interno, no evidente a simple vista.
La fuerza de la percepción
Ese cambio interno se dio al acceder a una comprensión mayor y nueva de mí misma. Un entendimiento revelador de mis patrones mentales inconscientes, de mi comportamiento y de mi pasado.
Mirando esto con perspectiva, comprendo que el acceso a esta nueva percepción, se dio a causa de una autoindagación muy honesta, que fue precipitada por varios factores.
El más destacable fue la enésima recaída de una enfermedad que me perseguía entonces y me limitaba enormemente. No podía seguir ignorando la relación que tenía el comportamiento de los brotes de mi enfermedad y mis conflictos emocionales. Mi sufrimiento interno.
Además, esta vez, me pilló ya harta de ser una enferma.
Otro factor decisivo (y relacionado) fue una gran crisis personal a todos los niveles que pareció desmoronar mi vida. Y, por supuesto, el sufrimiento correspondiente.
Todo ello, me forzó a una honda reflexión, a que cuestionara mis paradigmas y estuviera dispuesta a desechar bagaje mental que me estaba poniendo palos en las ruedas constantemente.
Esa resolución me llevó a pedir ayuda. Y, entre otras cosas, eché mano de la genealogía.
Mi indagación
Como te he comentado, estoy convencida de que una clave determinante para que se diera ese cambio en mí, fue que dije un rotundo basta ya en muchos sentidos.
Necesité esa resolución para escarbar en mis heridas, aunque me diera pánico y me doliera.
También el compromiso para luego, hacer lo que hiciera falta para curarlas.
Pero estudiar mi árbol fue una ayuda de inmenso valor, sin duda.
Me serví de la bioneuroemoción para descubrir y entender la asociación concreta que se hallaba entre mi dolor emocional y mi dolor físico (que, en mi caso, se había convertido en una enfermedad “crónica”). A esas alturas, ya sabía que ambas dolencias estaban relacionadas, pero no acababa de entender cómo exactamente y qué podía hacer al respecto.
Entre otras cosas, estudié mi árbol genealógico. Me percaté de coincidencias increíbles en fechas de eventos importantes y nacimientos y muertes de mis antepasados.
Pude observar similitudes sorprendentes entre mis patrones de conducta y los de algunos de mis ancestros. Comprendí programas inconscientes que había heredado y que me condicionaban mucho más de lo que pensaba.
¿Qué me permitió la genealogía?
No puedo explicarlo demasiado bien con palabras, pero esa toma de conciencia fue todo un viaje. Y fue en una única sesión, en apenas dos horas.
Observarme en una pizarra como una pequeña pieza del gran engranaje que era mi árbol, me sirvió para poner distancia y ver mi vida con perspectiva. Como quién está perdido en un bosque y sube a la montaña más alta para situarse y ver el camino que ha de seguir.
Esa distancia me liberó del dramatismo que le ponía a mis asuntos y pude ser objetiva. ¡Hasta pude reírme de mí!
Ese nuevo modo de verlo todo, movió algo dentro de mí y nada volvió a ser igual.
Eso sí, supe que tenía que utilizar esa fuerza lo antes posible para hacer los primeros movimientos, antes de que se disipara. Tomé la primera decisión importante: Irme lejos y a solas durante más de un mes para reflexionar. Eso me permitiría alejarme del ruido de mis asuntos y relaciones diarias; me permitiría regresar a mi montaña de perspectiva.
Y así fue. Además de que desafié mis límites físicos (no muy altos en ese momento).
Aquí lo cuento un poco mejor.
El poder de una decisión tomada desde ese lugar
Decisiones conscientes, les llamo.
Cuando tomas una nueva consciencia de ti mismo… Cuando tienes el coraje de mirar en rincones de ti dónde antes no te atrevías a mirar y entablar una relación totalmente sincera e íntima contigo mismo…
Cuando asumes la responsabilidad de tu pasado y de tu presente…
Cuando una nueva comprensión se abre paso, y tomas una decisión importante en coherencia con eso que has descubierto… La magia está servida.
¡Te lo digo yo! Cualquier cosa puede ocurrir.
Y esa es mi tarea: acompañar a otros a que vuelvan una mirada honesta hacia adentro y se descubran. Acompañarles, también, a la consiguiente toma de decisiones relacionadas y que moverán las cosas en el exterior.
Si quieres sumarte en este camino, puedes empezar por descargarte mis recursos gratuitos y ponerte en marcha.
Y tú…
¿Qué crees que descubrirías indagando en tu árbol genealógico?
¿Cuántos de los conflictos que ahora vives crees que tienen cierta respuesta en la vida de tus ancestros?
Fotografía: pixabay.com
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