“A mi hermana gemela y a mi no nos permitieron ver el cadáver de nuestro padre. Nunca supe si fue porque se suicidó o debido a las creencias religiosas de los judíos o por ambas.
El no verle nos ha hecho dudar de su muerte, en muchos sentidos. La sensación de que todo era una pesadilla y la fantasía que las dos tenemos que vamos a encontrarlo caminando por la calle o sentado en un café nos ha acompañado todos estos años”.
Me ha conmovido el proyecto fotográfico Moisés, de Mariela Sancari. Me siento identificada con ese reencuentro inesperado de mis muertos en desconocidos, son doppelgängers dolorosos, reconocer a tus familiares fallecidos en otros es un shock por eso la idea de plasmar la obsesión con las fotos y el vídeo es liberadora.
Si no hay cadáver, no hay muerto y si no hay muerto no hay duelo.
Y es que es importante ver el cadáver de nuestros seres queridos, es brutal, pero si se da ese paso no hay vuelta atrás: muerte corroborada. En cambio, si no vemos el cuerpo del muerto por decisión propia o impuesta seguro que nos costará más traspasar el duelo.
¡Tenemos que ver más muertos!
Y no vale con los de los telediarios, series o películas, esos nos insensibilizan… Han de ser de los nuestros para que duelan y nos hagan reflexionar.
¿Qué te parece el proyecto Moisés?
¿Tú también has creído ver por la calle a algún familiar muerto?
Fotografías: marielasancari.com
No estoy de acuerdo. Nunca entendí que se exponga a los muertos para que todo el mundo pase y los vea. Me parece algo innecesario y hasta de mal gusto.
Mi padre murió cuando yo tenía 19 años y no quise verlo. No me arrepiento de ello y sigo pensando lo mismo que entonces, prefiero recordarlo como era en vida y eso no ha hecho que no le llorara entonces ni que no haya aceptado su muerte.
Después de eso he visto a otras personas cercanas fallecidas y esto me ha reafirmado en lo mismo: No beneficia a nadie el ver a una persona fallecida .
Creo que el saber aceptar la muerte de las personas queridas depende mucho más de otras cosas que de verlas o no ya cadáver.
Hola Victoria,
Cada persona necesita algo distinto en su proceso de duelo. No hay que imponer a nadie ver el cadáver y mucho menos dar un beso al muerto, como se hacía en algunas familias, pero es recomendable que afrontemos la muerte de los que queremos despidiéndonos de su cuerpo. Recuerdo el relato de algunas madres que perdieron a sus bebés en el parto a las que el equipo médico les arrebató a su criatura nada más ser alumbrada y nunca pudieron saber cómo era, ni abrazar, ni dar una sepultura. ¡Una crueldad!
No es una obligación ver cadáveres, no es una obligación enseñarlos en los tanatorios pero hay personas que necesitan contrastar que lo que se dice, que Fulanito ha muerto, es verdad, y sino no se lo creen y no podrán rehacer su vida.
¡Un abrazo!