“Que estas historias no mueran, que mientras nosotros las contemos no van a morir, van a perpetuarse y van a pasar a la siguiente generación muy en contra de la voluntad franquista”.
Mar Cejas
Hoy hace 75 años que las tropas del General Franco entraron en la ciudad Barcelona. No es un aniversario agradable pero no por ello debe relegarse al olvido. ¿Puedes imaginarte lo que significas vivir una guerra? Nuestros abuelos pasaron por ello y algunos nos lo pudieron contar, otros no, porque ni siquiera los conocimos o no se atrevieron a remover un pasado doloroso.
Yo también perdí la guerra es un proyecto de Mar Cejas que homenajea a los vencidos: aquellos y aquellas que se fueron a defendieron la democracia y no volvieron o acabaron en el exilio, en la cárcel o en campos de concentración, a las mujeres a las que raparon el pelo o dieron aceite de ricino, a todas y todos los represaliados.
Ahora que vivimos en una democracia plagada de dejes fascistas, es importante seguir hablando del pasado reciente, seguir haciendo memoria, sobre todo para traer el presente ese pasado tan incómodo. (Re)construir la memoria histórica es tarea de muchos nietos, bisnietos y tataranietos. Se lo debemos a nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos porque ellos no pudieron hablar.
Va por vosotros… ¡Yo también perdí la guerra!
¿Qué te contaron sobre la Guerra Civil?
¿Tú también perdisteis la guerra?
Fotografías: Mar Cejas
Buenos días.
Afortunadamente yo no perdí a ningún familiar en la Guerra Civil, aunque creo que todos los españoles que la sufrieron y los que hemos venido detrás, sí la perdimos, en forma de años de dictadura con pérdida de derechos y libertades, penuria económica, aislamiento exterior y años de retraso respecto a nuestro entorno.
La familia de mi mujer sí perdió la guerra, y de manera muy dolorosa. Su abuelo fue depurado como funcionario de hacienda, juzgado como rebelde y condenado en juicio sumarísimo a 20 años de prisión (después conmutada la pena a 12 años), perdió su puesto en la administración y tuvo que vivir siempre con el sambenito de penado y contrario al régimen.
Peor suerte tuvo su hermano, instructor de milicianos, que fue condenado a muerte y fusilado en la tapia del cementerio de Albacete.
Afortunadamente, hace unos años obtuve para ellos el certificado de reconocimiento y rehabilitación, según la Ley de Memoria Histórica. De esta forma, al menos en el aspecto moral queda reparada la tremenda injusticia cometida.
Hola Juan,
Voy leyendo por episodios el bonito trabajo que estás haciendo con tu familia incluida la política. Te felicito por hacer justicia póstuma, lo simbólico también vale para los muertos.
Gracias, Mireia.
Fue muy reconfortante recibir en su día las Declaraciones de Reparación y Reconocimiento firmados por el anterior ministro de Justicia declarando ilegales los procesos y sentencias, y hacerselas llegar a los descendientes.
Puedo imaginarlo. Enhorabuena a todos!