Una lectora llamada Beatriz me recomendó en los comentarios del post 5 generaciones un precioso poema de Manuel Mújica Láinez titulado La Casa y yo me emocioné. Luego me acordé del dúo musical Poetas: Vicente Monera y Aitor Irayzoz, tío y sobrino respectivamente, y ponen música a grandes poetas: Machado, Bécquer, Alberti, Neruda… Escritores que han sabido hablar del sentido de la vida y la muerte y que nos ponen la piel de gallina cuando reflexionan sobre ello.
Te invito a conocer a estos artistas que con sus guitarras y su voz nos emocionan y hacen reflexionar. De su repertorio he escogido dos poemas muy conocidos: el primero habla del duelo y el segundo sobre la trascendencia del amor.
Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández
En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.
“Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrientaQuiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarteVolverás a mi huerto y a mi higuera
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.A las aladas almas de las rosas…
de almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.”
¿La genealogía es poesía?
De acuerdo, no, pero con el material que tenemos podríamos a escribir bellos poemas sobre el amor, la muerte, el desamparo, la miseria…
Y ahora que le doy vueltas, en el fondo, ¿un árbol genealógico no es una elegía?
Sí, un elaborado lamento por los que ya no están.
En el canal de Youtube de Vicente puedes escuchar mi preferido: “Amor constante más allá de la muerte” de Francisco de Quevedo, quizás es el poema más bello sobre el amor que se ha escrito nunca.
“Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.”
¿Qué otros poemas te gustan?
¿Cuál es tu poeta favorito?
Fotografía: Enrique Domínguez
¡Hola Mireia!
Gracias por este maravilloso post.
Me encanta la perspectiva desde la que trabajas la muerte. Muy natural, muy fresca, muy sana…
¡Enhorabuena! =)
Un saludo,
María
Gracias María,
He echado un vistazo a tu blog, muy interesante, voy a seguirlo por rss.
Saludos